Serra y Borrell coinciden por primera vez en la campaña y piden el apoyo de toda la izquierda
Han tenido que transcurrir diez días para poder ver en acción juntos a Narcís Serra y Josep Borrell, números uno y dos de la candidatura del PSC por Barcelona, compartiendo cartel en un mitin. El abrazo entre los dos candidatos se produjo ayer en el acto central que los socialistas de Lleida celebraron en el Teatre Principal de esta ciudad. Serra hizo una apelación a todos los votantes progresistas para que concentren el voto en torno al partido socialista, especialmente en Lleida, Girona y Tarragona, donde el PSC es el único partido progresista con posibilidades de obtener escaño.
La de ayer fue la primera ocasión desde el inicio de la campaña en la que los dos dirigentes del PSC se vieron las caras y aprovecharon el encuentro para aparcar sus diferencias. Ambos se esforzaron en ofrecer una imagen de unidad y después del mitin se pasearon juntos por las calles de Lleida. En el acto también participaron el alcalde, Antoni Siurana, la candidata al Congreso, Tere Cunillera, y el candidato socialista al Senado por la Entesa Catalana de Progrés, Joan Ganyet.Borrell, que renunció a encabezar la lista de Lleida desoyendo los consejos del secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, dijo, ante las 700 personas que llenaban la platea del local, que para él ha sido un placer enorme participar en esta campaña electoral, dentro y fuera de Cataluña, para pedir el voto para las candidaturas socialistas. "También ha sido un placer formar parte de la lista de Barcelona detrás del compañero Narcís Serra para contribuir con mi esfuerzo a la victoria de los progresistas", añadió.
Ambos candidatos coincidieron en resaltar los valores de la izquierda y en criticar al Gobierno del Partido Popular y la política de privatizaciones y de concentración económica y mediática que ha llevado a cabo con la colaboración de Convergència i Unió (CiU).
Escalar el Everest
Borrell aprovechó su intervención para resaltar la importancia del pacto entre socialistas e Izquierda Unida (IU). "A partir de ahora", señaló, "las fuerzas progresistas ya no estaremos enfrentadas, ya que hemos descubierto que lo que nos une es mucho más importante que lo que nos separaba". Y añadió: "La experiencia comunista ha sido un fracaso, pero también lo es que el Everest no se escaló en el primer intento. Nosotros tenemos el reto de construir un mundo que sea más habitable, más justo y más solidario".
El candidato socialista destacó que la unidad de la izquierda es la gran novedad del escenario político español en estas elecciones. "Para mí es uno de los hechos que cambiarán la vida política y abrirán nuevas perspectivas de futuro porque hemos acabado con una época de confrontación entre los dos partidos que aglutinan los votos de la izquierda". Borrell opina que dejar fuera de la centralidad política a los partidos nacionalistas supone un cambio trascendental en las reglas del juego político español. "Por eso este acuerdo es mucho más importante desde el punto de vista estratégico que lo que pueda representar tácticamente el día 12 de marzo".
Por su parte, Serra hizo una apelación al voto útil para poder derrotar al PP, por lo que pidió a los electores de ERC, IC-V, EUiA y CiU que el próximo domingo voten la candidatura socialista porque ésta será, dijo, "la única forma de derrotar a Aznar". "A los amigos y votantes de estos partidos que no quieren un gobierno de Aznar les invito a votar socialista porque éste será un voto para el progreso y para frenar a la derecha", afirmó el candidato socialista refiriéndose de forma especial a Lleida, Tarragona y Girona, donde el PSC es la única formación de izquierdas con representación en el Congreso. Serra afirmó que el Gobierno del PP "es el más conservador de Europa después del de Austria, en el que hay neonazis".
Por su parte, el jefe de la oposición parlamentaria en Cataluña, Pasqual Maragall, partició ayer en un acto electoral en Valencia en apoyo a las candidaturas socialistas y calificó a esta comunidad como la "California española". El dirigente socialista reclamó la apertura de un "periodo de modernización y de profundización en el reconocimiento de la España plural".
Maragall se mostró optimista ante la cita con las urnas, informa Efe. "Veo muy posible que Almunia gane y todavía más seguro que gobierne, ya que no habrá ningún partido pequeño, con alguna excepción que conocemos, que vote a Aznar", aseguró. "Después de una purga de cuatro años, es el momento de recuperar la fibra de un pueblo que quiere volver a gobernar su destino".
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