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El BSCH combina banca tradicional e Internet Amusátegui: "El Gobierno ha hecho bien sus deberes, con decisión"

La entidad que presiden José María Amusátegui y Emilio Botín celebró ayer su primera junta general de accionistas desde que se constituyó el año pasado. El estreno estuvo en la línea de actualidad, pero con el toque personal del BSCH: ser el ganador en "la gran revolución" de Internet anteponiendo los principios tradicionales de la banca. El auditorio de la Cuesta del Gas santaderina estuvo repleto y no perdió ese carácter familiar que los Botín siempre dieron a este acontecimiento, a pesar de que la entidad, nacida en 1857, es ahora un "banco mundial".El reparto de papeles estuvo medido casi al milímetro. Amusátegui, que presidía el acto por primera vez, centró su discurso en la situación económica y el mensaje político. Botín, que en realidad era el anfitrión, lanzó el contenido y sentó sus principios: "Es precisamente en momentos en los que las circunstancias económicas generales parecen más benignas cuando conviene no bajar la guardia y prestar al crecimiento del crédito la mayor atención. Nos parece en este sentido muy oportuna la reciente circular del Banco de España sobre la materia, cuyo contenido apoyamos plenamente". Un respaldo al banco central ante una circular que tanta polémica generó.

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Con esas bases, el BSCH mira el futuro fundamentando su estrategia en tres ejes: mantener la fortaleza del balance, ponerse a la cabeza de la innovación y la tecnología y situarse ante los cambios internacionales. El banco, según Botín, no dará un paso sin tener en cuenta "los conceptos básicos de la banca que no cambiarán nunca por mucho que sean las transformaciones del entorno o por intensos que sean los cambios tecnológicos". Se refería a la importancia de los recursos propios y del control del riesgo (el banco cuenta hoy con un excedente de un billón de pesetas). Y remachó su obsesión por la importancia de la banca tradicional: "Se ha demostrado a lo largo de la historia que las entidades más capitalizadas son las que proporcionan mayor estabilidad y rentabilidad a largo plazo a los accionistas".

"El becerro de oro"

A partir de este punto, se sienta el proyecto para entrar en la realidad de Internet, ese "mundo cambiante, con una rapidísima evolución en las tecnologías aplicables a la banca" o, en palabras de Amusátegui, "el fenómeno que ha irrumpido como un torbellino hasta convertirse en un becerro de oro y ante el que no sé si sucumbiremos a la tentación de adorarle, pero sí que se ha convertido en un talismán para abrir las puertas del futuro".

El beneficiario es el consumidor y "los bancos que lo hagan bien y den los pasos adecuados pueden ser los ganadores de esta gran revolución". El BSCH cuenta para ello con casi 25 millones de clientes en 37 países y un proyecto ya iniciado a través de su filial Open Bank.

El banco volvió a dar a sus accionistas el mismo mensaje que lanzó ante los 2.700 directivos que acudieron a su convención el pasado jueves. Está decidido a presentar "en pocas semanas" un paquete completo de desarrollo en Internet. No hubo más precisiones.

Y, con la expansión en Internet, la geográfica: "Debemos permanentemente revisar nuestras estrategias y adaptarlas a la realidad cambiante de los mercados", dijo Botín. Eso por un lado, se llama Latinoamérica, donde el banco está presente en 12 países con una cuota global del 8%, y por otro, Europa, donde la entidad dio el primer zarandeo significativo del mapa financiero. "Europa se encamina hacia una nueva arquitectura económica" sin barreras. Un panorama en el que "no caben improvisaciones", en palabras de Botín.

El banco se vanagloria de la fusión que protagonizó nada más crearse el euro, que "ha recrudecido la competencia bancaria, ha estimulado la expansión internacional y, sobre todo, ha incrementado el grado de concentración", según Amusátegui. No hubo demasiadas referencias a su principal rival, el BBVA, pero Amusátegui hizo una leve referencia: "Las fusiones intentadas por bancos europeos han fracasado o avanzan con lentitud".

Las elecciones apenas tuvieron cabida en la junta. Pero la única referencia política fue contundente.Cuando Amusátegui estaba haciendo repaso de la evolución de la economía reseñó "lo sorprendente de la fortaleza de la economía estadounidense" y el "indudable salto cualitativo que para Europa ha supuesto la implantación del euro". Sobre España, se mostró rotundo: "El Gobierno ha hecho bien sus deberes, con decisión". A continuación, desglosó sus principales éxitos. "Los efectos son incuestionables: llevamos seis años de expansión sostenida, creamos 700.000 puestos de trabajo al año y nuestros empresarios y consumidores tienen firmemente asentada su confianza en el futuro".

En el turno de ruegos y preguntas hubo 11 intervenciones. De ellas, cinco tenían el mismo argumento iniciado por Rafael Pérez Escolar (uno de los imputados en el caso Banesto por su actuación presuntamente delictiva en varias operaciones realizadas durante el periodo de Mario Conde al frente de dicha entidad, hoy integrada en el BSCH): él y otras cuatro personas a continuación coincidieron en centrar sus críticas en las compras en Latinoamérica, la provisión para el fondo de comercio de beneficios del banco y los estímulos económicos concedidos al equipo de Banesto dirigido por Alfredo Sáenz. Amusátegui, que se presentó por primera vez en Santander anunciando el banco "como una máquina arrolladora e imparable", despachó el asunto con un breve trasteo.

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