Ranieri dimite como técnico del Atlético y el administrador anuncia el regreso de Antic
Radomir Antic dirigirá al Atlético después de que Claudio Ranieri renunciara ayer al banquillo rojiblanco, según anunciaron los administradores del club. Ranieri dijo que el administrador judicial, Luis Rubí, le advirtió el jueves pasado de que le destituiría si el Atlético perdía mañana contra el Betis. Abatido, el técnico decidió rescindir el contrato: "Es mejor cambiar de entrenador", le dijo a Rubí. Y éste nombró a Antic, con quien mantenía conversaciones desde el miércoles. Según fuentes del club, Ranieri ya había cobrado por anticipado todo lo que el Atlético se comprometió a pagarle hasta junio.
Ranieri había cobrado ayer los 250 millones de pesetas que el Atlético debía pagarle por primas y ficha en toda la temporada. Tenía los últimos pagarés en el bolsillo y Rubí le había anunciado el día anterior, una hora antes del partido contra el Lens, que le destituiría si el Betis derrotaba al Atlético el próximo domingo. Ranieri estaba deprimido ayer por la mañana y ya no lo ataban demasiados lazos con el club. Decidió renunciar.El administrador judicial y sus ayudantes buscaban un sustituto para el italiano desde hace cuatro días. Rubí no tenía una buena relación con Ranieri. No soportaba sus desplantes ni su actitud indolente hacia los gestores judiciales en una espiral de crisis deportiva que ha llevado al equipo a un punto del descenso en Liga. El administrador propuso dos nombres -el del ex entrenador del Atlético Radomir Antic y el del técnico del filial, Fernando Zambrano- al secretario técnico del club, Miguel Ángel Ruiz. Éste desaconsejó ambas opciones por considerar que no era conveniente destituir a Ranieri con la temporada tan avanzada. Pero, como aclaró ayer el asesor deportivo de Rubí, Miguel Juane: "Ruiz es un profesional del club y siempre tenemos que tener en cuenta su criterio, pero el que toma las decisiones es el administrador".
El administrador, un hombre sin demasiado arraigo en la hinchada del Atlético, quería nombrar a un técnico con tirón popular. Un ídolo en la grada del Calderón. Alguien que después de llevar al Atlético a conseguir el campeonato de Liga y Copa en 1996, se había ofrecido al club sin descanso desde que fue intervenido por la justicia el 22 de diciembre del año pasado: Radomir Antic.
Como dijo Juane ayer: "Hemos pensado en la figura del señor Antic para que dirija el partido contra el Betis; hemos hablado con él y muestra una muy buena disposición. Probablemente pueda dirigir el entrenamiento de mañana [por hoy]". Antic se encontraba ayer en Marbella. Poseedor de una descomunal confianza en sí mismo, siempre afrontó con entusiasmo las empresas difíciles. Entre ellas, se ofreció voluntario para dirigir al Atlético el año pasado -después de las malogradas etapas de Arrigo Sacchi y Carlos Aguiar en el banquillo- y consiguió meter al equipo en la final de la Copa del Rey. El entonces presidente del Atlético, Jesús Gil, rescindió el contrato de Antic y éste exigió una indemnización. Todavía hoy, está pendiente una demanda de Antic por impago de 100 millones para él y su ayudante de campo, que, paradójicamente, el propio Rubí se negó a pagar cuando se hizo cargo de la gestión del club. "Esas cuestiones seguro que quedan solventadas porque hay la mejor disposición en las dos partes", previno Juane. El asesor agregó que "lo más conveniente" sería contratar al serbio "hasta final de temporada".
Compungido después del empate anteayer a dos goles frente al Lens en Copa de la UEFA, Claudio Ranieri no se parecía en nada al histrión que gesticulaba en la derrota y en la victoria, durante las ruedas de prensa que presidió en estos meses: "Ya no me preocupa nada. En noviembre y en diciembre sí estaba preocupado, pero ahora no". En la misma sala de prensa, 20 horas después, Ranieri aseguró ayer que antes del partido contra el Lens, el administrador del club le había convocado para hacerle una advertencia más o menos brutal: "Tuve una charla ayer [por el jueves] con Rubí, antes del partido, y no me encontré bien. Me dijo que él tenía mucha presión y que el domingo debía ganarle al Betis, porque si no se ganaba se vería obligado a echarme por esa presión que soportaba. En principio lo comprendí pero después me afectó mucho. Tuve la oportunidad de irme en diciembre pero era más justo ayudar al equipo. Ahora no pienso lo mismo, no tengo la misma motivación de antes ¿Cómo puedo motivar a los jugadores si yo no estoy motivado? En estas condiciones no puedo hacer nada por el bien del club. Ahora es mejor cambiar por un entrenador que dé más fuerza y más ánimo que yo, porque yo no lo tengo".
Miguel Juane acompañó al técnico romano en su despedida ante los medios. "Hemos llegado a una rescisión del contrato de común acuerdo... Las dos partes entendemos que el equipo necesita un revulsivo y coincidimos en que cambiar de entrenador puede ser una solución".
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