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Un juez protege de las obras a las familias que resisten en Sanchinarro

Antonio Jiménez Barca

Las 40 familias que resisten rodeadas de obras en el nuevo barrio de Sanchinarro porque no están de acuerdo con las condiciones de la expropiación (véase EL PAÍS de ayer) han encontrado un aliado judicial. El Juzgado de Instrucción número 15 de Madrid ha dictado una providencia por la que se obliga a la empresa que se encarga de construir este nuevo barrio (12.000 viviendas) a que "se abstenga de realizar obras que puedan afectar a la vivienda" de una mujer que denunció los trabajos porque éstos dañaron parte de su casa.El juez advierte de que si la empresa incumple esta providencia "podría incurrir en un delito de desobediencia grave a la autoridad judicial". Julio Albarrán, abogado de esta mujer, consideró ayer que la decisión judicial, aunque se refiere a un solo afectado, "es extensible a todas las familias que viven allí".

En el nuevo barrio de Sanchinarro, que se levanta al norte de la ciudad, en un triángulo de unas 380 hectáreas delimitado por la M-40, la Vía Borde de Hortaleza y la carretera de Burgos, quedan unas 40 familias alojadas en casas bajas que no están conformes con las 7.000 pesetas por metro cuadrado que la Junta de Compensación (organismo privado que se encarga de gestionar la construcción) les da por su terreno. Ellos reclaman un precio más acorde con el mercado, que ronda las 18.000 pesetas por metro cuadrado.

Campo de labranza

Son familias humildes que llegaron a Sanchinarro hace decenas de años, cuando todo ese territorio era campo de labranza. La Junta de Compensación les facilita, además, el acceso a un piso de protección oficial en el polígono de Las Rosas (San Blas), que costaría unos nueve millones a abonar en varios plazos. También les ofrece pagarles un alquiler hasta que los pisos protegidos de Sanchinarro (la empresa municipal de la vivienda levantará 176 en un suelo regalado por los constructores) estén terminados y puedan desplazarse allí. Pero los afectados piden más: "Es injusto que si el terreno vale 18.000 pesetas por metro cuadrado nos paguen sólo 7.000. Que nos den lo que es nuestro, porque ellos van a ganar muchos millones con un negocio hecho a costa de un suelo que nos pertenece desde hace muchos años", dice un vecino.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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