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Malestar entre los empresarios por los ataques del presidente de la patronal contra Almunia

Los ataques que el presidente de la CEOE, José María Cuevas, lanzó el pasado martes a la cara al candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, Joaquín Almunia, han levantado un ambiente de malestar entre los propios empresarios. Las críticas se centran no ya en el fondo de los planteamientos, sino en el tono, en las formas que utilizó Cuevas para dirigirse a Almunia durante el almuerzo, al que asistían unas 100 personas. Ayer, el presidente de la patronal manifestó que estaba sorprendido por la marejada que se había originado con su intervención y reseñó que no había "acritud" en sus palabras.

"Nunca le había visto una intervención así". "Parecía el mundo al revés. Cuevas era más intervencionista que Almunia". "Fue un discurso premeditado e impertinente". Veinticuatro horas después, buena parte de los empresarios que asistieron el pasado martes a la comida-debate entre Almunia y Cuevas no había salido de su asombro por el tono y por los modos empleados por el patrón de patronos en el encuentro, organizado por el semanario El Nuevo Lunes.Sobre todo por los utilizados cuando el café y la copa empezaban a asomar en la mesa. Fue entonces cuando Cuevas, previa invitación de los organizadores, tomó el micrófono y se dirigió a Almunia en los siguientes términos: "Y ya por humor, antes de tomar el café, le diría al señor Almunia que empiezo a dudar de que usted crea que va a ser presidente del Gobierno. Porque, mire usted, lo último que haría alguien que quiera gobernar sería dar más poder al Tribunal de Defensa de la Competencia. Luego, si usted dice que ése es uno de sus grandes deseos, es que yo estoy convencido de que usted está convencido de que no va a ser presidente del Gobierno, porque si no diría otras cosas" .

Y remató: "Luego, no me venga usted con milongas, señor Almunia. Si usted de verdad quiere gobernar, tendrá usted que pensar qué coño hace con el Tribunal de Defensa de la Competencia, no desde el mercado".

Silencio. Miradas atónitas entre las casi 100 personas asistentes, entre ellas unos 70 empresarios de primer nivel..., y turno para Almunia. "No pensaba hacer ninguna apostilla al comentario final de José María Cuevas, pero no me resisto a comentar este último. A mí, lo que me parece sorprendente, José María, es que tú, como representante de todos los empresarios, quieras un Tribunal de Defensa de la Competencia débil o un Gobierno más fuerte y un Tribunal de Defensa de la Competencia arrodillado ante el Gobierno. ¿Por qué no aspiras a que desde un Gobierno se sirva mejor que cómo se ha servido por parte de éste a los intereses auténticos de los auténticos empresarios?", respondió.

Un guindilla picante para cerrar una reunión que había comenzado un par de horas antes, al borde de las 14.30 horas. La apertura, breve, corrió a cargo de Almunia, quien detalló las líneas maestras de su programa económico, aunque su mensaje central fue la preocupación por la situación en el País Vasco.

El presidente de la CEOE, invitado a tomar la palabra por los organizadores, recogió este asunto y expresó sus condolencias tanto a Almunia como a toda la familia socialista por la muerte de Fernando Buesa. Prácticamente fueron las únicas palabras agradables que dirigió al líder del PSOE. A partir de ahí, todo fueron andanadas en la línea de flotación de la política económica de los socialistas cuando estaban en el Gobierno y alabanzas a la gestión de los populares en los últimos cuatro años. Todo ello aderezado con la acusación de que Almunia ha pactado un programa oculto con IU que perjudica a los empresarios.

Turno de preguntas

El turno de preguntas fue algo más cómodo para Almunia, al menos por el tono. Íñigo de Oriol (Iberdrola), Gonzalo Pascual (Spanair), Gerardo Díaz (vicepresidente de CEIM), Ricardo Fornesa (Aguas de Barcelona), Francisco Ejea (Alfa Lan) y Juan José Hidalgo (Air Europa) plantearon problemas sectoriales, aunque también resaltaron el buen quehacer del Ejecutivo del PP y los peligros del pacto de izquierda.

Entre los empresarios asistentes también se encontraban Antoni Brufau (La Caixa), Pablo Isla (Banco Popular), Manuel Soto (BSCH), Javier Echenique (BBVA), Ignacio Galán (Airtel) Luis Delso (Isolux), Vicente Tardío (Allianz), Pedro Rivero (Unesa), Mariano Aísa (OHL), Javier Gómez Navarro, Manuel Guasch y Javier Vega de Seoane (Fujitsu).

Ayer, Cuevas manifestó a este periódico que estaba sorprendido por la marejada que se ha originado con su intervención, aunque admitió que es consciente de que "estamos en campaña electoral". El presidente de la patronal destacó que no hubo ninguna "acritud ni descortesía" y "ningún enfrentamiento".

Sobre la vigilancia de la competencia, motivo original de la polémica, Cuevas fue más explícito: "La actual situación de la competencia viene de la etapa socialista y se ha mantenido con el PP sin haber cambiado ni fortalecido. No parece que los Gobiernos tengan ganas de cambiar, no han sido muy activos. A mi juicio, el Tribunal de la Competencia debe funcionar con más independencia, agilidad y diligencia". Abundando en esta cuestión, agregó: "Hasta hace dos años parece que no era tan necesario, pero ahora con las concentraciones que se han producido, sí. Es algo que nosotros ya hemos dicho en varios informes".

Programa oculto

Al entrar en los otros aspectos del debate con Almunia, añadió: "En mi intervención destaqué que en estos últimos años hemos vivido bajo un modelo que nos ha dado muy buenos resultados y lo que yo le dije a Joaquín es que nos gustaría que nos dijera cuál es el modelo con el que piensa gobernar. Allí había muchos empresarios que querían saber qué pensaba él". "También le dije que ésta es la primera campaña en la que hay un programa pactado de antemano y eso es lo que queríamos oír; pero no pronuncié que hubiera un programa oculto con Izquierda Unida", remachó.

"Lo que dije es que las reformas que se han hecho son estructurales, no coyunturales como dijo Almunia. Se han hecho progresos en liberalización de sectores, en contención del gasto y en reducción del déficit. El anterior modelo vivía del crecimiento de la economía, basado en la inversión pública, con tipos altos y escasez de dinero con la correspondiente destrucción de empleo".

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