247 puntos de ventaja

Muehlegg, además de sus méritos indudables, se está aprovechando de una sintomática temporada de transición. En un deporte dominado por nórdicos y ex soviéticos, incluso por italianos en los últimos años, han desaparecido bastantes de los nombres conocidos. Algunos por lesión, como el más laureado, el noruego Bjorn Daehlie, o por retirada, como el kazajo Vladimir Smirnov. Pero otros han bajado su rendimiento y hasta Thomas Alsgaard, el otro noruego delfín de Daehlie, ha dejado ya la temporada por unos supuestos problemas estomacales que ni Muehlegg sabe bien.Fuentes muy cercanas al circuito del esquí de fondo aseguran que el endurecimiento en los controles antidopaje ha tenido mucha culpa en las ausencias. Ello da más verdad aún a los éxitos del español, que dice: "No creo que sea por miedo a los controles".

Carlo Petrini, el técnico, piensa que siempre hay un gran nivel, y no deja de tener razón, porque la cantera nórdica (ya no la ex soviética) es inagotable. Simplemente va variando y en las horas bajas noruegas actuales han surgido el sueco Per Elofsson (quizá sucesor del gran Gunde Svan, ídolo de Muehlegg) y, sobre todo, el finlandés Jari Isometsae, el gran rival ahora del líder español en la Copa del Mundo. Muehlegg le supera por 247 puntos (772 a 525), a falta de siete pruebas. Pero hoy mismo hay en Estocolmo una de sprint, muy corta, las que peor le van a Muehlegg (y quedan tres). Y como las puntuaciones son de 100 puntos al ganador, y 80, 60, 50 y 45 a los siguientes, el margen, aunque grande, aún puede acortarlo Isometsae, segundo también tras él en los 15 kilómetros del sábado.

Muehlegg es muy prudente: "Creo que puedo ser de los tres primeros, pero quiero ir prueba a prueba, no debo pensar en el final". Ya ha recibido dos telegramas de felicitación del presidente Aznar y le ha dedicado los triunfos al Rey y al pueblo español. Y quiere seguir haciéndolo.