El Alavés descose al Atlético El equipo de Ranieri se desmorona en los minutos finales ante el club vitoriano, que es cuarto
En una Liga que camina al revés, el partido de Mendizorroza constató una paradoja más. Abrió una brecha ya infranqueable (doce puntos) entre el Alavés y el Atlético. Los vitorianos desempeñan un papel que correspondería en buena lógica a los rojiblancos: cuartos, en Liga de Campeones, y con pocas debilidades que hagan pensar en una posible recaída. Los de Ranieri, en un lugar que no quieren ni mirar, a un punto del descenso, y la cabeza cada vez más confusa.Sólo la inercia de cada equipo puede explicar cómo un partido de color rojiblanco pudo terminar en desastre para el Atlético y fiesta albiazul. El Atlético fue ayer uno de los pocos rivales que han conseguido descolocar en el campo al Alavés y, curiosamente, ninguno ha caído con tanta facilidad al final en Mendizorroza. Todo esto puede entenderse por la histórica fatalidad que suele ir de la mano del Atlético, y que explica cómo Molina pudo recibir un primer gol en un balón incontrolado y, sobre todo, en un saque de esquina que remataron dos de sus compañeros.
ALAVÉS 2ATLÉTICO 0
Alavés: Herrera; Contra, Karmona, Téllez, Torres Mestre; Astudillo, Desio, Pablo (Azkoitia, m. 72), Ibon Begoña (Javi Moreno, m. 46); Magno y Kodro (Julio Salinas, m. 60). Atlético de Madrid: Molina; Gaspar, Santi, Gamarra, Capdevila; Bejbl; Aguilera (Njegus, m. 66), Valerón (Correa, m. 80), Roberto, Solari (Paunovic, m. 73); y Kiko. Goles: 1-0. M. 82. Molina no logra atajar un centro de Javi Moreno, el balón queda muerto y Magno lo empuja. 2-0. M. 86. Saque de esquina que golpea en dos jugadores atléticos, el último Bejbl, y se cuela en la portería. Árbitro: Luis Medina Cantalejo, andaluz. Amonestó a Capdevila, Desio, Contra y Javi Moreno. Unos 18.000 espectadores en Mendizorroza. Se guardó un minuto de silencio por Fernando Buesa y Jorge Díez Elorza, asesinados por ETA el martes.
El Atlético tuvo las ideas claras durante el 90% del partido, pero cuando se coció el resultado el equipo se evadió. Quiso copiarse a sí mismo, y repetir el resultado de Vigo, donde ganó sin Hasselbaink. Pero este año el grupo de Claudio Ranieri no sirve de ejemplo en nada. Ni siquiera a sí mismo.
Con el holandés sancionado, el Atlético se comportó con exquisitez. Necesitaba sólo diez metros para defenderse con total suficiencia del rival y utilizaba más de cincuenta para moverse en ataque. Y lo más importante, consiguió que el equipo más ordenado de la Liga se desorganizara. El Alavés se expuso más de lo común, descuidó su defensa y tuvo a sus laterales siempre con el pie cambiado. Con muchos metros por delante, los rojiblancos llevaron el partido a un terreno desconcertante. El balón se movía de un área a la otra, aunque el Atlético ganó de sobra en el cómputo global. La más clara ocasión correspondió a Kiko -a pase de Valerón- al borde del descanso, pero dejó patente que todavía sigue lento y que con su magia, aunque tiene mucha, no puede igualar la potencia de Hasselbaink en el remate. El Atlético necesita a los dos.
El Alavés no supo contrarrestar la consistencia del Atlético más que tirando de jugadas de estrategia y procurando controlar la posesión del balón. Pero todos los intentos resultaron insuficientes hasta que el técnico del Alavés movió el banquillo. Esperó al descanso para recomponer el equipo. Introdujo a Javi Moreno en la banda derecha (luego pasó a la izquierda, aunque siempre se movió con libertad) y el Alavés empezó a ver con más nitidez el partido. Mané apostó por responder a Ranieri con su mismo dibujo táctico (4-1-4-1) y, al menos, encontró más vías libres por las bandas.
El Atlético siguió a lo suyo: Valerón dirigía los contragolpes, ayudado por la potencia de Roberto Fresnedoso y Kiko, ayudado esporádicamente por Solari. A la vista del resultado, aquello parecía poco para ganar a un sorprendente Alavés, que los pocos descuidos que cometió los resolvió Herrera.
Llegó el momento de la verdad, de tomar decisiones y comparar la ambición de uno y otro. Los jugadores rojiblancos, llegados a ese punto y con las cosas tal y como están, se conformaban con el empate. Claudio Ranieri, no. Por eso sacó a Correa. En esa contradicción, el Alavés salió ganando. Javi Moreno, ya en la izquierda, empezó una jugada dentro del área, Julio Salinas estorbó a Molina y Magno remató. El Atlético se derrumbó y dio pie a la fiesta vitoriana. Javi Moreno, él otra vez, asustó a Molina en un lanzamiento desde el centro del campo y, en el saque de esquina posterior, se confirmó una vez más que el Atlético sigue teniendo mucho de pupas y que el Alavés continúa aliado a los últimos minutos y a la suerte.
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