_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Desafíos

JAVIER ARISTU¿Cómo hablar de Andalucía un nuevo 28-F sin caer en los tópicos o en las repeticiones? Desde hace años, cuando llega este aniversario, leemos y escuchamos opiniones acerca del extraordinario papel que tuvo aquel referéndum celebrado en 1980. Sin duda no exageramos al decir que la democracia impulsó el desarrollo de Andalucía y a la vez el triunfo del referéndum andaluz asentó más la democracia entre todos nosotros. Tras aquel hecho los andaluces nos hemos dotado de un Parlamento representativo y un Gobierno cuya finalidad es el bienestar de los ciudadanos de esta tierra.

Pero hay que mirar hacia delante. Si nos quedamos observando aquellos años para decir lo que pudo haber sido de otra manera o para revisarlos, simplemente estaríamos perdiendo el tiempo. Hoy, por si no lo saben algunos, en los colegios e institutos el referéndum del 28-F se estudia en los libros de texto, es ya materia de la Historia. Del mismo modo, los niños que hoy estudian esos papeles, a veces a regañadientes, no habían nacido aquel memorable año. Se impone pensar en nuevos desafíos.

Se me ocurren dos entre una amplísima batería de iniciativas que seguramente estarán presentes en los programas electorales de los partidos políticos que concurren a las elecciones del 12-M. La primera se relaciona con la tolerancia. He tenido en los últimos días la ocasión de comprobar con muchachos de la actual generación adolescente su valoración del racismo y la xenofobia a partir de los hechos de El Ejido y del crimen de Vitoria. Creo que tenemos mucho que hacer para eliminar de nuestra psicología colectiva coletazos de intolerancia y discriminación social.

La otra reflexión camina por el asunto de los subsidios y la protección social, que muchas veces viene a ser la otra cara de la moneda de la economía sumergida o camuflada. Sería hora de que partidos, sindicatos y otros sectores influyentes actuaran a fin de ir sustituyendo la cultura de la subvención y el proteccionismo por otra donde primen la iniciativa, la autonomía civil y la actividad productiva transparente. Posiblemente éste sea uno de nuestros mayores desafíos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_