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ETA VUELVE A MATAR

La Ertzaintza cree que los 20 kilos de dinamita empleados en el atentado procedían de Bretaña

Los 20 kilos de dinamita que contenía la bomba que segó las vidas del dirigente socialista Fernando Buesa y de su escolta, Jorge Díez, formaban parte del explosivo robado el pasado 28 de septiembre en la localidad francesa de Plévin (Bretaña) por ETA. Ni el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, ni el consejero vasco de Interior, Javier Balza, confirmaron ayer la existencia de un comando Araba reconstituido, pues no se descarta que el atentado sea obra de un comando itinerante. Los terroristas sí cuentan al menos con una infraestructura informativa en la capital vasca.

Los artificieros de la Ertzaintza que han analizado el artefacto indicaron que se trataba de una olla en cuyo interior los terroristas colocaron 20 kilogramos de dinamita. La carga procedía del robo realizado en Plévin por un comando de ETA, apoyado por activistas del autodenominado Ejército Revolucionario Bretón. Aunque la policía francesa consiguió recuperar gran parte del explosivo robado, unas ocho toneladas, nunca se ha aclarado qué cantidad quedó en manos de los terroristas.El artefacto contenía además uno o varios detonadores y el receptor del mando a distancia que empleó el terrorista para activar la carga explosiva.El coche-bomba, una furgoneta Renault Express con matrículas dobladas, fue robado hace un año en Tolosa (Guipúzcoa).

La policía autónoma vasca indicó que el artefacto era casi idéntico al localizado en el coche Ford Fiesta blanco utilizado por el jefe del comando Vizcaya de ETA, Patxi Rementería, para escapar después del atentado fallido contra una furgoneta de la Guardia Civil, el pasado 3 de enero en Bilbao.

Por la mañana, el secretario de Estado para la Seguridad, Ricardo Martí Fluxá, mantuvo una reunión ordinaria con los máximos responsables de la Guardia Civil y de la Policía, según informó el propio ministro Jaime Mayor Oreja.

Arsenal en Ametzaga

De hecho, tras el intento de ETA de envíar, en plenas navidades, dos potentes furgonetas cargadas con 1.700 kilos de explosivo para colocarlas en Madrid, la Guardia Civil localizó en una casa del municipio alavés de Ametzaga un arsenal con 25 kilos de dinamita, procedentes también del robo de Bretaña, varios temporizadores, cinco granadas y armas ligeras.

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Ni la Ertzaintza ni Mayor Oreja quisieron confirmar que ETA tenga una estructura estable en la provincia y recordaron el "carácter itinerante" de algunos de sus comandos. Fuentes del Ministerio de Interior no descartaban que un grupo dependiente del comando Donosti, desplazado especialmente a Vitoria, fuese el autor de los asesinatos. El lugar elegido para el doble crimen, alegaron, "permite una huida rápida".

Lo cierto es que los terrorista cuentan en la capital vasca con una buena estructura de información que no ha sido desmanteladada desde el asesinato, el 8 de mayo de 1998, del guardia civil retirado, Alfonso Parada. Parte de los laguntzailes (colaboradores) de información suministraron los datos sobre seguimientos a parlamentarios del PP y del PSOE, y al propio presidente de la Cámara vasca, Juan María Atutxa, que fueron incautados a la etarra Belén González Peñalba en su piso de Francia en octubre pasado

La Ertzaintza, encargada de las investigaciones del asesinato, tomó ayer declaración a un agente del Cuerpo Nacional de Policía que llegó el primero al lugar del atentado y pudo ver aún con vida al escolta. El ertzaina, en un gesto instintivo para proteger a Buesa, llegó a sacar la pistola cuando ya estaba tendido en el suelo.

Aunque este dato está siendo investigado, el terrorista debió activar la bomba oculto tras alguno de los árboles que hay cerca de donde estaba aparcado el coche bomba. Esta posición le permitía divisar la llegada de Buesa y su escolta.

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