Alud de críticas a Enher por negarse a dar nuevas altas en la Costa Brava

La negativa de Enher a aceptar nuevos abonados de gran consumo en unos veinte municipios de la Costa Brava ha generado un alud de críticas hacia la compañía eléctrica. En muchos casos, la indignación de municipios y partidos de la oposición se hace extensible a la Generalitat, que por el momento ha apoyado la decisión unilateral de la compañía.

La mayoría de los alcaldes de los municipios costeros afectados consideran que la medida es muy grave para haber sido tomada sin informar a la Generalitat y sin un debate para buscar otras soluciones menos drásticas. El PSC-Ciutadans pel canvi recordó ayer que la energía eléctrica es un servicio público que la Generalitat debe garantizar. Los socialistas han pedido la comparecencia en el Parlament del consejero de Industria, Antoni Subirà, y de los responsables de Enher, para que expliquen la situación real del suministro eléctrico en la Costa Brava. El pulso que Enher mantiene con los ayuntamientos de Cassà de la Selva y Llagostera, donde la línea está paralizada, se hizo ayer extensivo a la Generalitat, que recibió el informe que justificaba la negativa de dar nuevas altas a empresas, industrias, comercios y promociones de más de 5 viviendas.

La actitud de la Generalitat, que IC-V tildaba ayer de "silencio cómplice", hace suponer que el pulso se inclina hacia el lado de Enher. "Su actitud parece más propia de una banda de Chicago de los años veinte que de una compañía eléctrica", aseguraba Josep Manel López, del partido ecosocialista.

Según IC-V, la compañía intenta hacer valer su posición monopolista para saltarse las resoluciones judiciales y la oposición de ciudadanos y municipios. El alcalde de Llagostera, Antoni Baulida, dijo estar dispuesto a aceptar que Enher concluya la línea en su municipio si se compromete a derribarla más tarde y reconducirla por un trazado alternativo.