"España es el paraíso"
Saiz y Echávarri se ponen de acuerdo para liderar la renovación
Asuntos antiguos (las relaciones entre organizadores y equipos, el dopaje) y nuevos (la recuperación de la credibilidad tras las tormentas del dopaje, la búsqueda de la modernidad, su necesidad de convertirse en deporte-espectáculo sin olvidar su tradición) protagonizan el debate. Saiz, presidente de la asociación de equipos internacional e interlocutor directo de la UCI, y Echávarri, largo tiempo luchador en todos los ámbitos, deseoso de que los nuevos que lleguen no tengan que empezar la lucha desde cero, adelantan algunas propuestas: reparto de los ingresos televisivos, nuevo calendario, intento de que los mejores ciclistas se encuentren en más carreras juntos... Pregunta. Si hay ahora una palabra fetiche es la palabra modernidad. A todo el mundo se le llena la boca diciendo que hay que buscar lo moderno, el espectáculo. El ciclismo, sin embargo, es un deporte de tradición y de leyenda. ¿No corre el peligro de perder su identidad a fuerza de buscar su puesta al día? Además, ¿qué es modernidad?
Manolo Saiz. Ser moderno es ser competitivo con el resto de los deportes. Moderno es recoger todo lo bueno de la tradición de nuestro deporte y seguir avanzando para que el resto de los deportes no nos coman y seguir siendo un deporte competitivo en el contexto de una sociedad pujante
José Miguel Echávarri. Está claro que la modernidad o la actualidad de un deporte se miden por el interés que despiertan en el público y el público mide los espectáculos a través de la televisión, que no deja de ser el santuario al que todos tenemos que recurrir, el santuario que nos da la bendición y nos dice si estamos aceptados o no. Y la inquietud que mueve ahora a nuestro deporte es dar con la fórmula que atraiga más. Y la modernidad es también la tecnología, un ámbito en el que la federación nos frena o incluso nos atrasa a otros tiempos. Vivimos con reglamentos ancestrales generados por estamentos que no parecen querer que todo vaya al ritmo de los tiempos.
M.S. Nosotros buscamos calidad. No cantidad. Van a seguir existiendo etapas de 200 kilómetros, carreras de 290 kilómetros y también etapas de 100. El buscar un momento espectacular no es recortar kilometraje, sino que los organizadores nos presenten mayor calidad en recorridos y en planteamientos y que los equipos podamos llevar nuestra mejor calidad a esos acontecimientos. La modernidad pasa por tres ejes fundamentales. Pasa por los corredores, a los que hay que aligerar las cargas de trabajo; pasa por los equipos, que tenemos que tener la posibilidad de diversificar el riesgo de la inversión que hacemos, y pasa por la Unión Ciclista Internacional y los organizadores, que ya dan pasos, como por ejemplo pasando el Mundial de octubre a septiembre.
J.M.E. Pero está claro que todos queremos ver a los grandes en todas las carreras. Y creo que eso es lo que quiere decir Manolo cuando habla de suavizar, acortar, para que en la mayoría de las carreras puedan enfrentarse el Sampras con el Agassi del ciclismo, y no como ahora, que los italianos se refugian en su tierra, los españoles en la suya, y todos, o casi todos, preparan el Tour.
M.S. Es un cambio inevitable. Los equipos importantes con los corredores más importantes tenemos que coincidir en muchos momentos del año, y luego, en paralelo, mantener otro calendario que será el que satisfaga internamente a nuestros sponsors.
J.M.E. Y hay que tener en cuenta el cambio político, el fin de las fronteras, el nacimiento del euro, Europa... Y si antes teníamos que cuidar con mucho mimo nuestra parcela, nuestro país, porque el ámbito de nuestros sponsors era nacional, los nuevos movimientos económicos muestran la vía que debe seguir también el deporte. Estamos viendo las dificultades que hay para una Liga europea de fútbol, pero en ciclismo creo que todo es más fácil, es un mundo más limitado. Los 20 equipos son mucho más claros de hacer, la primera división está ya a punto de nacer fuerte, y de ahí tienen que salir ya los compromisos de participación en las carreras.
P. Este nuevo compromiso entre equipos y organizadores ¿tendría que apoyarse en un organismo nuevo que le diera valor, que lo sancionara? ¿Vale la UCI actual? ¿El nuevo Consejo de Ciclismo Profesional (CCP)?
M.S. Está claro que la Liga de Ciclismo Profesional tendría que haber estado hecha desde hace mucho tiempo y que llevamos muchos años de retraso. El CCP de la UCI no satisface a nadie, pero es un primer paso, no sé si el adecuado, no sé si el mejor, pero está claro que el ciclismo profesional debe mandar sobre el ciclismo profesional. El deporte es un reflejo de la sociedad, y la sociedad camina hacia una comunidad europea capaz de competir con el continente americano. Calendario único, sí. Se trata de que los 10 mejores ciclistas del mundo estén presentes en las mismas carreras, de que Armstrong cuando gana el Tour se dé cuenta de que tiene un compromiso con el mundo de ciclismo para andar también en otras carreras; que Jalabert, cuando gana la Milán-San Remo, lo mismo... Creo que el ejemplo más claro lo ha practicado José Miguel con Induráin. De Induráin en demasiadas ocasiones se ha dicho que era sólo un hombre Tour y nos olvidamos del enorme palmarés que creó en torno al Tour de Francia. Pues eso es lo que pedimos ahora para el futuro. Queremos ver a Ullrich capaz de ganar la Vuelta y eso.
J. M. E. Si se llegara un día a organizar este idílico programa, tendría que ser cosa de organizadores y equipos, y la UCI y las federaciones, pues a bendecir la historia. Eese calendario mutuo, la negociación para acortar las carreras en tiempo, en días, en dificultades y extender la presencia de los corredores que todo el mundo quiere es cosa de equipos y organizadores.
P. Bajamos en días, en dificultades, se habla ya de unas grandes vueltas edulcoradas, de 15 etapas, ¿no acabamos así con la leyenda del ciclismo?
M. S. Hombre, creo que la gente ha exagerado un poco, nunca se ha planteado nadie bajar una semana las grandes vueltas, que posiblemente sería lo ideal, pero no hay que llegar al ideal inmediatamente: hay que llegar a un equilibrio que haga que podamos conseguir eso. Lo digo bien claro: a un corredor como ha sido Induráin, como es Zülle, Jalabert, Olano, como son todos los grandes corredores que hacen dos grandes al año, le quitas cuatro días por vuelta y son ocho de ahorro al año, quitarle dos días a la Vuelta a Suiza ya son 10; quitar uno a la París-Niza, a la Tirreno-Adriático, pues ya son 12. Así, de entrada, ya conseguimos que las cargas de trabajo sean las idóneas para que puedan estar más pujantes más tiempo. Los equipos no son ya de 100 millones, son grandes empresas de mucho más, que no pueden apostarlo todo en un día.
J.M.E. El ciclismo siempre será sobrehumano. Y si quitamos cuatro días por aquí, cuatro por allá, con la misma intensidad probablemente, de una forma más espectacular, el ciclista estará más presente en más sitios. El objetivo es dibujar eso.
P. El ciclismo no genera ingresos y los dineros de la televisión va a una sola parte, los organizadores. ¿Habrá que cambiarlo, no?
M. S. Está claro que tiene que haber una mejor redistribución económica. El ciclismo sí que genera, genera interés. Y si hay interés social, y si generamos entusiasmo en la sociedad, tenemos que ser capaces de generar ingresos. ¿Cómo repartirlos? La propia prudencia y el equilibrio que sepamos mantener nos llevará a ello. Sin darnos cuenta se dan pasos para que esa redistribución se produzca sin traumas para nadie.
J. M. E. Evidentemente los que están en la posición dominante no van a soltarla porque sí, pero creo que también tienen que ponerse en nuestro lugar para que acabe ese desequilibrio. Y nosotros invitamos a que se produzca, sin trauma como dice Manolo.
M. S. Mi filosofía es sencilla: queremos que los organizadores ganen más dinero para que nosotros ganemos más dinero. No queremos quitarles nada. Y con esa filosofía quizás podamos llegar a ese equilibrio de poder que en este momento no se da.
J. M. E. No es pasar de dominados a dominadores. Pero entiendo que va a llegar un día en que por pura ley natural esto se equilibrará. Y espero que sea de forma voluntaria.
P. ¿No hay demasiados equipos? ¿No hay demasiado desequilibrio entre ellos? Equipos de 200 millones conviven con equipos de casi 2.000...
M. S. La reestructuración organizativa también se va a dar en los equipos. Va a haber una Serie A y una Serie B, grupos de primera con derecho a participar en las grandes competiciones y grupos de segunda con el derecho a participar en la segunda línea. Y en ese equilibrio todos tenemos que convivir.
J. M. E. Habría que poner un poco de orden más estricto. A nadie se le puede exigir ser de primera o de segunda. Que elija cada equipo lo que quiere ser, pero que cada equipo sepa lo que es y en qué escenario puede actuar. En otros deportes no pasa eso de que equipos consolidados como Banesto, ONCE, Kelme y Vitalicio, compitan con pequeñas historias. Eso es también injusto. Y los corredores se deberían preocupar de que donde vayan haya una estructura seria y se garantice el cobro. No se puede concebir que haya ciclistas que paguen por correr.
P. La crisis actual, el momento de reflexión que se vive, es producto del Tour del 98, del caso Festina. Y sin embargo poco gente asume de frente el problema del dopaje, el principal problema.
M. S. Yo diría que el Tour fue más un elemento catalizador, pero esta inquietud la tenemos los equipos y organizadores desde hace bastante más tiempo.
P. Pero hasta aquel Tour no se aprendió la lección de que el ciclismo se dirigía a un callejón sin salida. Y un asunto del que apenas se ha hablado: la pérdida de credibilidad de los campeones de este deporte. ¿Qué hay que hacer aparte de quejarse de que el ciclismo es el deporte más controlado?
M. S. La credibilidad pasa por nuestra propia responsabilidad. Y nuestra responsabilidad es transmitir la credibilidad a las terceras personas, los medios de comunicación, que tenéis que transmitir al público en general. Yo creo en el ciclismo. Sinceramente, con todos los altibajos y todos los problemas que pueda haber, como en el resto de la sociedad. No todos los periodistas son honestos, no todos los bancos son honestos, no todas las loterías son honestas. En todos los sitios cuecen habas. Y en nuestra parcela, también. Pero a Dios gracias, en el mundo del ciclismo existe un alto grado de responsabilidad en la mayoría, que somos los que tenemos que imponer nuestro criterio.
J. M. E. Ya de entrada no estoy de acuerdo con que el ciclismo sea el deporte más sospechoso de falta de credibilidad. Pero bueno, aceptando que tengamos que recuperar la buena imagen, el ciclismo es el deporte que mejor control médico tiene. Los ciclistas son unos afortunados. Están bajo un control constante, día a día, desde que se levantan hasta que se acuestan. Los que saben son los médicos y son, con directores y corredores, los que tendrían que hacer el reglamento.
P. ¿El ciclismo, en general, y vosotros habéis hecho lo máximo posible para luchar contra el dopaje?
J. M. E. Creo que se ha demostrado. Hemos estado un par de años de vivir sin vivir.
M. S. La única tristeza que a mí me ha dejado el año 99, y al mismo tiempo nuestra propia alegría interna, es que todos los análisis, todas las revisiones, todo el seguimiento que está planteando la UCI lo teníamos muy superado los equipos españoles desde hace muchos años. Y eso nos ha servido para fortalecernos más desde el punto de vista de equipos españoles, que teníamos una calidad de seguimiento mucho mayor que la que han tenido fuera. Y eso se lo tenemos que agradecer a nuestros patrocinadores.
P. El ciclismo nunca ha denunciado prácticas ilícitas de otros equipos, de otros corredores. Muchas veces la disculpa de los ciclistas para seguir recurriendo a prácticas ilícitas es que los demás lo hacen. ¿Por qué nadie denuncia a nadie? ¿Hay voluntad en todos los equipos de limpiar?
J. M. E. Supongo que la cosa va por la EPO, un producto que nadie es capaz de detectar. Mientras tú no lo detectes, por muchas normas que haya, el oro es tentador, ya se sabe. Pero la voluntad de los equipos es decir ojo, que estamos aquí. Pero yo también dudo de la barrera que pusieron del 50% de hematocrito. No es una cantidad científica. Se ha puesto una barra igual para todos, cuando cada corredor es diferente a los demás.
P. Pero sea verdad o sea mentira es algo con lo que el ciclismo tiene que vivir. Como con el caso Gotti, el ciclista al que el CONI acusa de haberse dopado sin más prueba que las fluctuaciones de su hematocrito.
M. S. Pero si el CONI no ha sido capaz de culpar al fútbol con los hechos probados. El CONI es un elemento que se está aprovechando del mundo del ciclismo. Creo que tenemos que ser mucho más justos. No tenemos que demostrar que somos los más blancos.
P. Pero es que al ciclismo, quieran o no, la sociedad le exige que demuestre que es el más blanco.
M. S. El ciclismo es el más blanco. Por lo menos el ciclismo español. Lo digo bien claro: por algo los ciclistas españoles duran mucho más que cualquier otro ciclista del mundo. ¿Por qué? Porque ha habido un seguimiento, porque ha habido un control. Los corredores productos del dopaje entre comillas o de las ayudas biológicas entre comillas del resto de los países han sido corredores anuales o bienales. Sin embargo, los corredores que compiten en los equipos españoles son ciclistas de décadas. Non tienen la base en el dopaje sino en el seguimiento, en el entrenamiento, en el sacrificio.
J. M. E. Para mí, en estos momentos, España es el paraíso del ciclismo. Del control de los equipos, se la salud. También creo, honestamente, que en Francia se habían descuidado. De momento el único al que se le pide esto es al ciclismo, y los demás... Y ahí nos tendríamos que rebelar. Me gustaría que me trajeran la estadística de lo que han hecho en otros deportes.
M. S. España, en estos momentos, y pongo la mano en el fuego por todos mis compañeros, somos el paraíso de la calidad. No somos el paraíso donde todo es libre. Lo que en otros países empiezan a hacer en el año 2000, los equipos españoles lo hacemos desde el 90.
P. ¿Por qué prohiben las cabras en las contrarreloj?
M. S. Por la igualdad de las naciones, dicen; por la igualdad de los países, pobres y los países ricos. Pero no estamos hablando de eso: en el mundo profesional estamos hablando de equipos profesionales, todos ellos con las mismas posibilidades de inversión. Es un error intentar equiparar artificialmente a todos los países.
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