_
_
_
_
25ª Jornada de Liga

El líder recupera su buena estrella Un golazo del brasileño Flavio tumba a un Athletic al que persiguió el infortunio

Xosé Hermida

DEPORTIVO 2- ATHLETIC 0A falta de otros argumentos, el Deportivo recuperó anoche la buena estrella que le acompañó durante la primera vuelta de la Liga. Riazor sigue siendo el mejor tesoro para el líder, por mucho que ayer el equipo de Irureta se pareciese más al que desfallece lejos de casa que al que suele golpear con contundencia en su terreno. El Athletic se fue de A Coruña rumiando maldiciones contra los caprichos del azar, pero sin absolutamente nada que reprocharse. Los vascos pusieron todo el fútbol que se vio en Riazor y disfrutaron en la primera parte de media docena de ocasiones de gol. Pero el Deportivo, al viejo estilo, marcó en su primer disparo a puerta y sólo tuvo que esperar a que los acontecimientos se pusieran de su parte, desde la expulsión de Alkiza hasta el gol de Ferreira en propia meta.Hacer vaticinios en esta Liga se ha convertido en un oficio de insensatos, porque si algo está claro es que la competición se empeña jornada a jornada en desmentir lo previsible. Anoche, por ejemplo, se enfrentaban uno de los conjuntos más fiables en su propio estadio y otro que no se distingue por brillar en campo ajeno. Pero el partido salió exactamente a la inversa de lo que en apariencia prefiguraban esos antecedentes. El Athletic se apropió del partido desde el inicio, tuvo a su merced al Deportivo durante toda la primera parte, desperdició media docena de ocasiones y, sin embargo, -nueva sorpresa- se fue a la caseta con un gol en contra. Caprichos de este campeonato que parece obra de un guionista pasado de whisky.

Deportivo: Songo'o; Manuel Pablo, Donato, Naybet, Romero; Flavio, Mauro Silva; Víctor (Jaime, m

83), Djalminha (Pauleta, m. 80), Fran (Turu Flores, m. 65); y Makaay.Athletic: I. Etxberría; Lacruz, Carlos García, Ferreira, Larrazábal; Tiko (Imaz, m. 53), Urrutia, Alkiza; Etxeberría, Ezquerro (José Mari, m. 64); y Urzáiz (Sívori, m. 68). Goles: 1-0. M. 43. Flavio, a más de 30 metros de la portería, conecta un extraordinario derechazo que entra junto al palo izquierdo pese a la estirada de Imanol Etxeberría. 2-0. M. 57. Centro de Víctor desde la derecha que cabecea Makaay y Ferreira, también de cabeza, introduce en propia puerta en su intento de despejar. Árbitro: Japón Sevilla, andaluz. Expulsó a Alkiza por doble amonestación (m. 47) y mostró tarjetas amarillas a Ferreira, Urrutia, Naybet, Larrazábal. Unos 28.000 espectadores en el campo de Riazor

Luis Fernández recuperó el atrevimiento que tanto le distinguía en otros tiempos y demostró cuánta verdad esconde el clásico dicho de que no hay mejor defensa que un buen ataque. El técnico del Athletic situó a Urzaiz en punta y a Etxeberría y Ezquerro como extremos, corriendo de arriba abajo para ayudar al centro del campo a recuperar balones y a suministrar en ataque al delantero centro, que levantó dolor de cabeza a la defensa deportivista pero estropeó su buen partido por la falta de puntería. Presionando al rival muy cerca del área, el Athletic cortó todas las comunicaciones del líder, que quedó empequeñecido y confinado en su propio trozo de campo. Ni siquiera el contragolpe le funcionó al Deportivo, porque tanto le empujaba el adversario y le obligaba a estar pendiente de sus movimientos que cuando era capaz de recuperar el balón y estirarse no tenía gente para acompañar el ataque.

Las ocasiones de gol se sucedieron cadenciosamente en al área deportivista: Urzaiz, magnífico para proteger el balón entre el acoso de los centrales, disparó hasta tres veces muy cerca de los palos; Tiko envió una falta también pegada al poste y, en la más clara de todas, Songo'o hizo un alarde de agilidad para desviar un remate de Etxeberría quien, solo ante el portero, trató de sorprenderle con una vaselina. Pero como el Athletic ponía todo el fútbol y coqueteaba con el gol, el guionista beodo se inventó un imposible golpe de efecto. Faltaban dos minutos para el descanso y el Deportivo aún no había rematado entre los tres palos. Flavio cogió el balón a más de treinta metros de la portería sin ningún contrario que le estorbase. Un grito unánime brotó de la grada: "!tira!". El brasileño levantó la cabeza y acató la orden disciplinada y eficazmente: le salió un obús ante el que Imanol Etxberría tardó en reaccionar y entró pegado al palo. Flavio solía marcar muchos goles así en Brasil, pero en A Coruña parecía haber olvidado esa destreza. Y anoche, por encima, estaba haciendo un partido bastante mediocre.

El guionista siguió empinando el codo en el descanso y preparó más sorpresas para el inicio de la segunda parte. Alkiza debió de olvidarse de que ya tenía una tarjeta amarilla e hizo una temeraria entrada sobre Flavio que le costó la expulsión con más de 40 minutos por delante. A pesar de las contrariedades, el Athletic no se rindió y, aunque con menor frecuencia que en el primer tiempo, siguió asustando a la defensa local. Para entonces, sin embargo, ya estaba claro que al Athletic le habían echado el mal de ojo. Porque cualquier posibilidad de reacción quedó cortada en el minuto 57, cuando Ferreira se convirtió en la víctima de las veleidades de un partido que atentó contra la más elemental lógica. El veterano central se equivocó al despejar un balón de cabeza y lo introdujo en su propia portería. Estaba claro que el Athletic no podía luchar contra el infortunio y así pareció entenderlo Luis Fernández cuando, con veinte minutos por delante, relevó a Urzaiz y firmó el armisticio. El líder no estuvo a la altura de su condición pero disfrutó de la noche del sábado con los deberes cumplidos y volviendo a soñar con que su solvencia en Riazor tal vez sea suficiente para ganar esta Liga.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_