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La Marianne del Sacromonte

En un instante, el patio central del Ayuntamiento de Granada se convirtió ayer en un puro remolino. Como un aturullado pelotón de fusilamiento, 50 o 60 fotógrafos enarbolaron sus cámaras, apuntaron y dispararon a destajo. "¿Es que ha venido otra vez Bill Clinton?", preguntó una señora. No. El objetivo era la modelo y actriz Laetitia Casta, comidilla de la ciudad desde que llegó hace dos semanas. Pero no era la única. Junto a ella estaban el bailaor Joaquín Cortés y el escritor Arturo Pérez-Reverte, responsables del revuelo de los últimos días. El motivo: el rodaje de la película Gitano, un thriller con sangre española. La maniquí ejerce de mujer fatal. Vino de Francia para hacer de gitana."Hemos elegido a Laetitia para el papel de mujer gitana porque queríamos que fuese una mujer de una belleza devastadora. Y ella lo es", explicó el director de la película, Manuel Palacios. "Yo apenas sabía nada de los gitanos antes de venir a España", replicó, por su parte, la modelo. "Ahora he descubierto que es un pueblo muy rebelde y con sus propias leyes. Igual que yo".

Laetitia Casta armó el alboroto nada más llegar a Granada, cuando unos vigilantes de seguridad privada se liaron a mamporrazo limpio con los fotógrafos que pretendían cubrir la noticia. Ayer, en la rueda de prensa que ofrecieron los responsables de la película, el ambiente era más relajado. Joaquín Cortés, con un llamativo sombrero, no ocultaba su entusiasmo por la primera película en la que es protagonista. Y Pérez-Reverte, autor del guión, se mostraba gratamente sorprendido por el trabajo de los actores y los paisajes granadinos. "Ha sido como estar dentro de un belén maravilloso", decía.

Gitano es la historia de un joven artista flamenco que, tras dos años en la cárcel por un delito que no ha cometido, sale a la calle. Pese a que trata de dejar atrás su vida pasada, su familia, los clanes gitanos y sus leyes le presionan continuamente para que vengue la afrenta de su esposa, que lo abandonó por otro. La lucha contra las tradiciones es el eje de fondo de un thriller "con mucha violencia española", explicó el escritor. "Con mucha mala leche".

Uno de los personajes de mayor interés en la trama es la actriz Marta Belaustegui. Ni Laetitia Casta ni Joaquín Cortés tienen suficiente experiencia ante las cámaras. Palacios decidió que debían estar apoyados por secundarios de peso. Belaustegui actúa como contrapunto de la modelo francesa. Sin embargo, según coincidieron ayer los responsables del proyecto, Casta y el bailaor están dando la talla.

"Me he dado cuenta de que soy como una esponja", decía Joaquín Cortés. "Me encanta aprender, absorber cosas nuevas, y esto para mí era un reto". El bailaor se encuentra, además, en su salsa con la historia. "Ha habido un enorme cambio generacional desde los tiempos de nuestros padres hasta ahora. La cultura está evolucionando mucho, y el guión plasma esa realidad".

Laetitia Casta, elegida para representar a Marianne, el símbolo de Francia, había despertado murmullos nada más aparecer para posar, junto al resto del personal de la película, en el patio municipal. "Creía que era más alta", confesaba una mujer. "La verdad es que es bastante normalilla", le replicaba otra. Eludió hacer cualquier gesto que incitara a la prensa del corazón a lanzar rumores sobre un supuesto romance con Cortés -de hecho, ni posó con él a solas- y se mantuvo callada, ensimismada a veces, durante la conferencia de prensa. Las cuestiones personales estaban expresamente prohibidas, advirtieron a los periodistas los responsables del filme.

Revuelo había armado la supermodelo y revuelo también armó la organización de ayer. La policía local no dejaba pasar a nadie, ni siquiera a los doloridos ciudadanos que iban a pagar tasas o impuestos. "Han tomado la casa de todos como si fuera suya", se quejaba un anciano que iba a recoger unos papeles. Recordaban los tiempos en que las Spice Girls saludaban desde el balcón municipal invitadas por el anterior alcalde, el popular Gabriel Díaz Berbel.

Después de Granada, el equipo se desplazará a Madrid. En el Sacromonte se recordará que Laetitia Casta, una de las más guapas del mundo, hizo allí de gitana. Aunque no le pondrán un monolito como a Bill Clinton.

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