El rectorado de la Politécnica de Valencia se decidirá en una segunda vuelta entre Justo Nieto y Pedro Miguel
El claustro de la Universidad Politéncia de Valencia vivió anoche el escrutinio más cerrado en la historia de los 14 años ininterrumpidos de Justo Nieto al frente del rectorado. El rector en funciones, que partía hace dos semanas con una fuerte desventaja al enfrentarse por primera vez a dos candidaturas de oposición, remontó en la primera vuelta de las elecciones de ayer todas las previsiones y se puso en cabeza, al hacerse con 288 votos en una contienda en la que votó el 98,5% de los 695 claustrales. Pedro Miguel Sosa, ex vicerrector de Economía del último equipo de Nieto, cuya sonada ruptura con éste le hizo partir como favorito, le siguió muy de cerca con 242 votos. La sorpresa de esta complicada jornada electoral la puso el tercer aspirante, Enrique Cabrera, a quien inicialmente se le vinculaba a la candidatura oficial, al hacerse con 131 votos y convertirse en "el voto decisivo" en la segunda vuelta, que se celebrará el lunes.El equipo de Pedro Miguel adelantó anoche la existencia de un pacto preelectoral para que el candidato de oposición que no pasara a la segunda vuelta "diera" sus votos al otro. "Estoy seguro de que Cabrera está por el cambio", certificó Sosa con cierta discreción. El estrecho margen de victoria que tiene la oposición en conjunto forzó anoche los tiempos, y un equipo de catedráticos "en favor del cambio" buscaba acelerar un encuentro entre ambos. El equipo de Cabrera, sin embargo, se mostró reacio a cualquier comentario y se limitó a asentir que "está buscando la mejor opción para la universidad" y que existen "muchas opciones posibles en este momento".
La complejidad e incertidumbre que se ha generado en torno a estas elecciones se explica en función del peso que tiene esta comunidad universitaria -formada por 35.000 alumnos y profesores, que gestiona un presupuesto de 30.000 millones- entre ciertos sectores sociales, económicos y políticos y por los intereses creados durante más de una década en el entorno que ha respaldo a Nieto hasta hoy. Esto ha forzado que los asesores del rector pidieran, incluso, la presencia del ex presidente socialista, Joan Lerma, hace dos semanas para asegurarse el voto del personal de administración afiliado a CC OO y UGT, ante la polarización existente entre los 350 claustrales docentes.
Sosa afirma que "Cabrera está por el cambio" y busca acercar posiciones
El ambiente se podía cortar anoche entre un centenar de jefes de departamento y decanos de la Universidad Politécnica de Valencia, que siguieron en directo el largo proceso de escrutinio de más de dos horas, que comenzó a las siete y media de la tarde en el vestíbulo del paraninfo del edificio rectoral. La Politécnica de Valencia vivió ayer la jornada más intensa de su época estatutaria, que inició con la victoria en octubre de 1986 del actual rector en funciones y aspirante a su quinta reelección, Justo Nieto. Nieto, catedrático de Industriales, de 56 años, ha sido el motor de una expansión que ha llevado a la institución a pasar de 8.000 alumnos a los 35.000 actuales y a convertirse en la tercera Politécnica española con más volumen de contratos-programa. Sin embargo, su estilo "presidencialista" y los grupos de poder que se han ido creando en la última década, también han llevado a la universidad a alejarse del resto de universidades valencianas, en una carrera por la competencia de titulaciones y a enfrentarse en varias ocasiones en los tribunales con los colegios profesionales por "competencia desleal".La llegada de Pedro Miguel Sosa, de 45 años, al frente del vicerrectorado de Economía hace siete años, imprimió un giro casi irreversible a los métodos de gestión y de dirección, que culminó con un modelo de planificación y financiación del sistema universitario valenciano, firmado en junio pasado entre las cinco universidades y la Generalitat, que inevitablemente fuerza a cualquiera de los rectores que salga elegido el próximo lunes, en segunda vuelta, a ceñirse a unos parámetros claros y transparentes.
Crisis de gobierno
El choque entre "el grupo de poder" que sostiene a Nieto, con grandes intereses económicos, y el equipo de Pedro Miguel, aceleró una ruptura hace un año, cuando el rector y un grupo de directores de facultad rompieron las reglas del juego e impusieron la creación de 46 cátedras de golpe. El distanciamiento se agudizó cuando Nieto, que había cedido en Miguel buena parte de las responsabilidades de dirección convirtiéndolo en su sucesor natural, anunció en noviembre pasado su intención de reelegirse por quinta vez y destituyó de forma fulminante a cinco de los seis vicerrectores que apoyaban a su ahora rival.
La aparición de la tercera candidatura a última hora, con Enrique Cabrera, convertido desde anoche en el "voto decisivo" en la segunda vuelta del lunes, complica aún más el escenario de las próximas 48 horas. Anoche comenzaron intensas negociaciones desde las filas que apoyan a las dos candidaturas de oposición para alcanzar un "pacto de apoyo mutuo" entre los 242 votos obtenidos por Pedro Miguel Sosa y los 133 de Cabrera.
El esquema, sin embargo, no es fácil. Según fuentes universitarias, "Cabrera no tiene el control del más de centenar de votos obtenido" y "está muy vinculado a Nieto". Miguel Sosa rechazó esta versión y cerró filas con Cabrera, asegurando que "su voto está con el cambio". Aunque el primero rechazó la posibilidad de "una candidatura de integración", esta fórmula no está descartada, ante el liderazgo que sigue demostrado tener Justo Nieto.
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