Estudiantes consigue con comodidad el pase a semifinales

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Como ya todo el mundo sabía, habrá semifinal española en la Copa Korac. Más todavía: habrá tres equipos de la Liga ACB entre los cuatro últimos de la competición continental. El Casademont Girona, que ganó por 12 puntos al Roma en la capital italiana, es el invitado inesperado. Con el Unicaja, que ya aclaró la cuestión con el Marusi griego en la ida, ya se contaba de antemano. Y con Estudiantes, pues también, pese a la derrota por cinco en el campo de los animosos polacos que ayer recalaron en el Magariños.Si antes de empezar el partido alguien podía tener alguna duda, seguro que se le disipó enseguida, a los cinco minutos como muy tarde.

El encuentro, todo un choque de cuartos de la Korac, acabó siendo un paseo para los locales. Así está el nivel en Europa. Terminaron jugando, y disfrutando, y anotando, Arranz y Robles. Minutos continentales, minutos de experiencia para los jóvenes que salieron a adornarse una vez la faena estaba completada. Y eso se hizo rápido, aunque a empellones. Una racha de 10-0 por aquí, un par de despistes, relajación y dejar hacer, y vuelta a empezar. 18-8 en el m.6. 18-16 en el m.10. Otro poco de concentración, cierre de rebote, acoso a su´ perímetro, rapidez en la transición, agresividad en los pívots, y ya está: 31-16 a 4.44m. del final del primer tiempo. Un colchón ya amplio y definitivo. El resto del partido consistió en consolidar las ganancias, permitirse en un par dedespistes, desmoralizar a los rivales y aumentar poco a poco y sin parar. 44-27 en el descanso.

Fue un partido para los pívots, para Vandiver sobre todo. Ellos, los polacos, juegan un baloncesto primario, sin posibilidad de alardes por falta de velocidad, sin capacidad de sorpresa por falta de técnica, sin posibilidad de hacer daño por falta de centímetros. baloncesto antiguo: cogerla y tirar. Y como la buena defensa de Estudiantes los echaba hacia afuera, pues eso, los polacos, a tirar desde lejos, cada vez desde más lejos. Cada vez con más fallos. Bastante lejos habían llegado.