El gol decisivo que casi nadie vio
No lo vio Ranieri, no lo vio Diaz Vega y no lo vio Hasselbiank. En estadio de Vallecas no lo vio casi nadie. El gol de Baraja, el del empate, el que dio la clasificación al Atlético, pilló desprevenidos a unos cuantos. Pero fue legal. Andaba Diaz Vega anotando la tarjeta que acababa de enseñarle a Hasselbaink cuando Solari fue tan pícaro a la hora de botar el córner como hábil Baraja al rematarlo. Juande Ramos, tras el partido, puso en cuarentena la legalidad del tanto, "pues el árbitro" dijo "estaba apuntando y no había dado la orden de sacar el córner", y el aludido Diaz Vega le rebatió: "El reglamento no especifica que el árbitro tenga que autorizar con un toque de silbato el lanzamiento de córner.Sólo hay que pitar cuando se produce una falta con barrera, pero no en un córner".Cándido y resignado -bolso en mano-, el técnico rayista recibió algún reproche leve de los aficionados rayistas, en la puerta del estadio: "¡A ver cuándo nos defiendes, porque nos roban siempre...! El segundo gol del Atlético no valió porque el árbitro estaba sacándole la tarjeta amarilla a Hasselbaink... ". Cada vez que le mencionaban el episodio, Juande raccionó: "Ahí está, eso es. Ese gol no valió". Así lo interpretó Solari, que abandonó el estadio con una sonrisa pícara: "No sabía que el árbitro tenía que autorizarme para lanzar un córner".
En el palco, Teresa Rivero, presidenta del Rayo, no daba crédito a lo que veía. Miró a un lado y a otro, intentando que alguien le dijera que no se preocupara, que aquello no valía. Pero sí valió. Enrabietada, se fue de su asiento culpando al árbitro de lo ocurrido en un micrófono de la SER: "Él ha tenido la culpa porque debía haber expulsado al negro ".
¿Tuvo suerte el Atlético?. La pregunta dio pie al técnico del Atlético para desplegar su innata sensibilidad interpretativa. Entonce interpretó al entrenador indignado: "¡Tenemos de todo menos suerte!, ¡hasta cuernos tenemos!, ¡si hablamos de suerte con lo que está pasando en el Atlético es para pegarse un tiro!". Preguntado por la suplencia de Valerón -que jugó unos minutos en el segundo tiempo, cuando meter un gol se hizo imprescindible-, el técnico Romano dijo que no le puso de entrada porque en Vallecas "no se puede jugar al fútbol": "Aquí si quieres jugar al fútbol te meten dos goles [exactamente lo que ocurrió sin Valerón en el campo]". Luego, practicar ese deporte debió ser conveniente, y ordenó su entrada. Entonces el Rayo dejó de golearle.
