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Sergio García sigue mejorando El Niño ya es tercero en el Masters de Australia después de otra buena ronda

Cuando Sergio García hizo una primera ronda de 78 golpes, un más +5 que hizo enarcar alguna ceja, dijo no teman, no pasa nada. Cuando el segundo día bajó hasta 68 golpes (-5), El Niño abrió un poco más su sonrisa y dijo que si seguía así podía pensar en que podía ganar. Y ayer, tercera jornada del Masters de Australia en Huntingdale, junto a Melbourne, después de tener otro buen día (69 golpes, -4), Sergio García siguió hablando. "Si sigo así, y, sobre todo, si emboco un par de putts más aún tengo una oportunidad", dijo. "Será muy difícil pero puede pasar cualquier cosa". Día a día, jornada a jornada, Sergio garcía ha ido mejoreando en su debut australiano. De ser un firme candidato a quedarse en el corte ha llegado hasta la tercera plaza. Un puesto muy cerca de la cabeza. Una pega: está todavía a seis golpes del primero y sólo queda una ronda. Otra pega: el primero es neozelandés y se llama Michael Campbell. Por si no lo sabían es el hombre más en forma del verano austral. Le han llamado el Tiger Woods del sur simplemente porque ha ganado tres torneos consecutivos (el Johnnie Walker, el Open de Nueva Zelanda y el Heineken) y tiene muchas ganas de ganar un cuarto después de no haber pasado el corte la semana pasada en Sydney.

"Sí, sí, será muy difícil", repite García. "Emepzar con 78 sí que hace dif´cil ganar un torneo. hay que jugar muy, muy bien. Tendría que hacer 65 o 66 golpes, y aún no he sido capaz. Y si el último día hago 65 quizás no me valgan. Campbell está jugando muy bien. Si hiciera 63...". El Niño hizo 69 golpes ayer. Bastante bien, sobre todo teniendo en cuenta que desde el tee del primer hoyo se fue a un aparcamiento. Logró salvar el par. Y así siguió un rato. Y luego dijo que podía coger a Campbell.

No se sabe si Campbell, de 30 años, se dejará coger. Sí que se sabe que ha entrado en dinámica de éxito. También se sabe que su nivel de autoconfianza ha subido a las mismas alturas que alcanzó durante el Open Británico de 1995, cuando terminó tercero. "Tengo mi destino en mis manos", dijo. "También mi swing, también mis emociones. No me importa lo más mínimo lo que hagan los otros jugadores. No pensaré lo más mínimo en los demás". Todo eso lo dijo después de haber hablado casi tan claramente en el campo: una tarjeta calcada a la del viernes. Siete birdies y un bogey en el 18º. 67 golpes de nuevo. Un total de 209 en los tres días . -10. Segundo marcha el australiano Brett Rumford, con -6. Y empatados con el niño, a -4, otros dos australianos Stuart Appleby y Scott Laycock.

Si la pasada semana Sergio García conoció de primera mano el campo de Pebble Beach, donde en junio se disputará el Open de Estados Unidos, en Australia, aunque no ha podido coincidie¡r con el genio local Aaron Baddeley, de 18 años, ha competido contra Kim Sung-Yoon, un jugador de 17 años, subcampeón del Open estadounidense amateur, que en abril se convertirá en el primer coreano que dispute el Masters de Augusta.

Tiger Woods, más cerca

El viernes por la noche a punto estuvo de ocurrir lo más increíble en San Diego: un poco más y Tiger Woods no pasa el corte del Buick Invitational en Torrey Pines, junto a San Diego (California). El número uno del mundo mundial, el jugador que busca su séptima victoria consecutiva en el circuito de la PGA, una hazaña no lograda desde hace más de medio siglo, el jugador imparable habría acabado con su intento de la forma más abrupta. Fue sencillo: un bogey en los nueve primeros hoyos y par en el total del torneo, justo la cifra de golpes que le condenaba a quedarse sin jugar el fin de semana. Claro que faltaban los nueve segundos. Fue también sencillo: cinco birdies, un -4 para el día, -5 en la general y el puesto 22º, a seis golpes de la cabeza, compartida en -11 por los norteamericanos Phil Mickelson y Kirk Triplett y el japonés Shigeki Maruyama. Todos tiemblan.

"¿Seis golpes? Seis golpes no son nada. No podré dormir tranquilo", dijo Mickelson, el primer jugador que sintió en sus carnes el efecto del Tigre desbocado. Ocurrió en agosto, en Akron (Ohio). Mickelson iba líder a falta de tres hoyos con un golpe de ventaja sobre Woods. Hizo dos bogeys y perdió por uno.

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