Intelectuales y orgánicos ROSA CAÑADELL Y FERRAN GALLEGO
Vázquez Montalbán y Joan Saura, un intelectual y un orgánico, compartieron página el pasado 5 de febrero. Las palabras tenían una calidad distinta: deambulando por las curvas peligrosas de las bellas metáforas las de Vázquez Montalbán; circulando por el asfalto monocorde de las autopistas las de Saura. Sin embargo, tales diferencias de materia verbal se complementan, como el alfabeto que clasifica las vitaminas, para dar apariencia saludable a la misma consigna: reconstruir la unidad de la izquierda emancipatoria en Cataluña. Considerando lo que, hace poco tiempo, dijo Saura a los medios de comunicación, creíamos que esa unidad era ya un hecho. Porque Joan Saura, bajando del Sinaí con las tablas de los resultados a los comicios a los ayuntamientos y al Parlament, expresó que Iniciativa era el pueblo elegido por los dioses electorales. Y que el espléndido cuerpo ecosocialista era el único en el que pensaba encarnarse el verbo unitario de la izquierda radical catalana.El mismo Vázquez Montalbán le suaviza el trance transformista a Saura, al señalar que el análisis concreto de la situación concreta ha modificado las actitudes sectarias de Izquierda Unida (IU), las mismas que, como vienen repitiendo intelectuales y orgánicos de Iniciativa, provocaron la ruptura de 1997. Debería señalarse, aunque sólo sea para poner algún punto sobre la i de Esquerra Unida i Alternativa, que los militantes de EUiA no somos una escisión de Iniciativa. La mayoría de sus afiliados y afiliadas nunca estuvieron en IC, lo cual podría hacer pensar que EUiA es algo más que un insensato hijo pródigo, al que un padre benevolente abre las puertas de su casa, con gran irritación, por cierto, de algunos hermanos que se han mantenido en el hogar. De cualquier forma, la marcha de cientos de sus afiliados y afiliadas no obedeció sólo a una estrategia de alianzas, sino a otros aspectos que Iniciativa se han apresurado a clarificar. Cosas tan "secundarias" como el modelo de organización, la democracia interna, la deriva hacia una coordinadora de cargos públicos, una progresiva desvinculación de los movimientos sociales, una solemne declaración de la caducidad del comunismo y una concepción de las relaciones con IU que excluían cualquier forma honesta de corresponsabilidad en un proyecto. Cosas que no respondían al espíritu fundacional de Iniciativa, pero que fueron convirtiéndose en "normalidad" funcional del proyecto.
No tenemos espacio -ni demasiado interés- en responder a los reproches que intelectuales y orgánicos nos lanzan estos días, y que Montalbán y Saura han reiterado. Como tampoco es nuestro estilo pedir disculpas por las descalificaciones groseras lanzadas al adversario: sencillamente, preferimos ahorrarnos los insultos. Tal vez otros crean sincera esa táctica penitencial de miércoles de ceniza. Tal vez alguien se tome en serio la humildad de quien dice que EUiA es indispensable para reconstruir la izquierda en Cataluña, cuando hace 15 días ponía en duda su existencia. Tal vez algunos consideren aún sensato indicar que las candidaturas de EUiA en octubre dieron la victoria a Pujol y, por tanto, traten de colar, en el doble fondo de esa falsedad, que votar a EUiA puede volver a propiciar una victoria conservadora el 12 de marzo.
Nada de eso parece ahora sustancial, y como no creemos que haya llegado el instante del reencuentro -por lo menos en los términos nupciales en que lo plantean los intelectuales y los orgánicos-, es mejor definir lo que EUiA piensa aquí y ahora. En primer lugar, que es el referente de IU en Cataluña, de la izquierda radical realmente existente en España. En segundo lugar, que EUiA sólo ha sido tenido en cuenta por IC en función de lo que ha ocurrido con un pacto entre IU y el PSOE, con lo cual no debería sorprenderle que, en coherencia con nuestro proyecto de Estado, nuestra relación privilegiada se produzca con los socialistas. En tercer lugar, que EUiA está en situación de reforzar el pacto desde la izquierda, aportando sus diputadas y diputados, vinculados a IU, al Parlamento. No vamos a caer en la tentación de llamar al "voto útil", ya que, desde el punto de vista de esa cultura de izquierda que se quiere reconstruir, el voto verdaderamente útil es el que, además de expresarse en representación institucional, corresponde a la conciencia del votante, el quetiene que ver con su auténtica voluntad de elegir. Ese deseo de representar algo, y no de convertirse en representante a toda costa, es tal vez menos desconcertante para las gentes de izquierda que los acuerdos entonados ayer con la partitura del "cambio maragalliano" y hoy con el libreto de la "izquierda radical".
Además, nos llena de satisfacción que IC haya descubierto nuestra existencia: no sólo de nuestra exigua fuerza electoral, sino de nuestra identidad política. Eso nos pone en las mejores condiciones para que hablemos de los problemas de la izquierda en nuestro país con el respeto mutuo que, a partir de ahora, debería caracterizarnos: un respeto que empieza por reconocer la existencia del otro. Nuestra presentación a las elecciones con nuestras propias candidaturas no supone perder una oportunidad, sino el derecho a perfilar mejor nuestra identidad en Cataluña. A nosotros eso nos parece tan importante, por lo menos, como a IC se lo parecía mantener la suya frente al PSC. La verdadera oportunidad vendrá en los siguientes meses, cuando dos espacios diferenciados de la izquierda radical normalicen sus relaciones. Lo cual -y eso nos diferencia de la forma de ver la política que tiene IC- poco tiene que ver con una inmersión apresurada en sus listas acompañada, curiosamente, de su indiferencia por nuestra exclusión de las candidaturas conjuntas al Senado hace dos semanas. No seremos nosotros quienes rompamos puentes entre las orillas de río alguno. Pero tampoco los que desembarquemos, ligeros de equipaje ideológico, en las playas de las candidaturas de IC. El encuentro de la izquierda radical es otra cosa. Y además, como decía un T. S. Eliot que gusta tanto a Manolo Vázquez como a nosotros, "las palabras del año pasado pertenecen al lenguaje del año pasado; y las palabras del año que viene aguardan otra voz".
Rosa Cañadell es cabeza de lista de EUiA por Barcelona y Ferran Gallego es profesor de historia de la UAB y miembro de EUiA.
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