El litro de la gasolina súper sube de precio tres pesetas en dos semanas

El precio de las gasolinas sin plomo y súper se ha incrementado entre dos y tres pesetas en las últimas dos semanas. El gasóleo aumentó una peseta. La gasolina sin plomo cuesta actualmente 126,9 pesetas por litro; la súper, 132,9 pesetas, y el gasóleo, 108,9 pesetas. Las petroleras explican que la subida se debe a que el crudo sigue a un nivel muy alto, unos 26 dólares por barril. El alza del petróleo ha empezado a ser trasladado al consumidor, después de que los precios estuvieran congelados entre julio y enero pasados.

La constante subida del precio del barril de crudo y, sobre todo, la previsión de que esa tendencia no se revertirá a corto plazo, ha servido como argumento a las compañías petroleras para subir en torno a tres pesetas por litro el precio de las gasolinas en las últimas dos semanas y a abandonar la política de contención de precios que venían aplicando desde el verano de 1999 a petición del Gobierno. Las compañías petroleras esperaban a mediados de enero un cambio en la evolución del precio del crudo que les permitiese aumentar sus márgenes de ganancias sin tocar los precios. La evolución de la cotización del crudo alentó esa posibilidad durante la primera semana del año con una caída de dos dólares por barril (a menos de 25 dólares), pero para la segunda semana ya estaba otra vez en torno a 27 dólares, el máximo de los últimos nueve años. Según las últimas previsiones de los expertos, el crudo se mantendrá por encima de los 25 dólares por lo menos hasta mediados de año.

Las petroleras mantuvieron los precios de las gasolinas congelados entre julio de 1999 y enero pasado. Lo hicieron para cooperar con el Gobierno en la contención de la inflación. No obstante, para mantener sus márgenes de ganancias, subieron el precio del gasóleo a partir de octubre pasado. Este alza provocó fuertes protestas por parte de los camioneros, que estuvieron a punto de realizar un paro total de 72 horas a finales del mes pasado. Las movilizaciones finalmente no se llevaron a cabo porque las patronales de transportistas por carretera aceptaron una oferta del Ejecutivo de que le diera un mes para tratar de encontrar algún tipo de alivio al sector para que pudiese compensar el aumento de los costes derivados del aumento del gasóleo.

Presión por el gasóleo

Según fuentes del sector petrolero, esta protesta es en gran parte la razón de que ahora sean los precios de las gasolinas súper, que se dejará de vender a partir del 1 de enero del 2002, y sin plomo, los que más aumenten. El gasóleo aumentó sólo una peseta, de 107,9 a 108,9 por litro la semana pasada, mientras que la súper ha pasado de 129,9 a 132,9 pesetasporlitro en 15 días y la sin plomo, de 124,9 a 126,9 pesetas en el mismo plazo. Estos precios corresponden a las estaciones de servicio de Repsol en Madrid, compañía que abandera al 55% de las 3.500 estaciones de servicio en toda España y la que suele marcar la pauta de precios en el mercado español.

Contra las protestas, tanto las compañías petroleras, de cara a los consumidores, y el Gobierno, de cara a los votantes, se han defendido asegurando que los precios siguen entre los más bajos de Europa. A finales de diciembre, el Ministerio de Industria se apresuró a publicar un informe especial sobre la evolución del precio del gasóleo, que dio a conocer el mismo día de la presentación mensual del Boletín de Hidrocarburos. En ese estudio, Industria afirmaba que el precio medio del gasóleo en España había sido de 104,4 pesetas por litro en diciembre contra las 126,2 pesetas de media en la UE. Sólo Portugal, Grecia y Luxemburgo tenían un precio más bajo. Mantenía también que el impuesto especial sobre este carburante era uno de los más bajos entre los Quince, 44,90 pesetas, y que sólo estaba cuatro pesetas por encima del mínimo fijado por Bruselas.

El alza de los precios de los carburantes derivado del incremento de casi un 200% del precio internacional del crudo en el último año se ha convertido en un dolor de cabeza para las autoridades monetarias de los países industrializados, especialmente para Europa y Estados Unidos -los mayores importadores de petróleo del mundo-.

La semana pasada, tanto el Banco Central Europeo (BCE) como la Reserva Federal (banco central) estadounidense subieron un cuarto de punto sus tipos de interés como una medida preventiva para contener la subida de la inflación. Ambos organismos mencionaron la subida del precio del petróleo como una de las principales razones para justificar el aumento del precio del dinero.