El sueño de la Milán-San Remo

El médico del Mapei se lo dijo a Freire nada más terminar la carrera. "Hace 20 años que un campeón del mundo no gana la primera carrera de la temporada". Y Freire sonrió y dijo 'pues vale'. "No me lo esperaba pero así son las cosas. Era un sprint llano que no me iba nada bien y lo gano; y llego a un terreno más empinado, a un repecho de los que me gustan, y no gano. Así son las cosas".Dicho así, parece fácil ganar. Parece fácil, en todo caso, cuando en la misión anda involucrado Óscar Freire, que dentro de una semana cumplirá 24 años. El Mundial de Verona, en octubre del 99, fue sólo su segunda victoria en dos temporadas de profesional. La de ayer, la tercera. Mucho más rápida llegó.

Ahora todos nos volveremos locos y, visto lo visto, visto el donaire y facilidad con que el cántabro rompió de entrada el gafe que parecía perseguir a los tocados con el maillot arcoiris, empezaremos a pensar que un buen puesto, mejor, una victoria, en la Milán-San Remo, la classicisima, a mediados de marzo, no es ya una utopía para el ciclismo español del momento.

Y Freire, el sensato, no dirá eso tan español de 'ay, por favor, no me agobiéis'. No. Al contrario. Dice: "Es normal que todos estén pendientes de mí. La presión hay que saber asimilarla".