Riesgos de tensiones internas por los cambios en las listas

La retirada de IU de sus candidaturas provocaría graves problemas internos en la coalición, aunque también en las filas socialistas, que tendrían que alterar sus listas para dar entrada a miembros de IU. Sin embargo, la oferta del PSOE demuestra que este partido está dispuesto a asumirlos, mientras en la coalición la situación es más complicada.De hecho, la estrategia de IU hasta ahora parte de la constatación de un problema interno: poquísimos dirigentes, públicamente ninguno, aceptan la retirada de las listas. Así se decidió por unanimidad en la última reunión de la presidencia federal, el máximo órgano ejecutivo de la coalición, el pasado día 25. Por eso, y con la esperanza de que el PSOE aceptara y así evitar una disputa interna en la federación de izquierdas, la delegación de IU ha propuesto alternativas que no impliquen esa retirada.

Primero fue la coalición, el pasado viernes, y ayer la agrupación de electores. Los dirigentes más favorables al pacto recuerdan que cualquiera de esas dos fórmulas, de proponerse hace sólo una semana, hubiera significado enormes divisiones. De hecho ayer, en la coordinación colegiada, Juan Francisco Martín Seco, uno de los negociadores, perteneciente al sector más escéptico, se mostró contrario a la propuesta de la agrupación de electores, según dirigentes presentes.

La situación es tensa dentro de IU ya que, según recuerdan miembros de esta formación, se ha pasado en una semana del enfrentamiento total entre dos fuerzas a proponer una coalición electoral. El PSOE, a su vez, ha transformado su oferta inicial en algo que, según reconocen en IU, es muy ventajoso en términos de poder: la inclusión en las listas del PSOE de miembros de IU en puestos de salida.

Paso definitivo

Sin embargo, la decisión de la presidencia del día 25 impide aceptar. Algunos dirigentes favorables al pacto auguran, siempre con cautela, que la fuerza que ha logrado Frutos con las negociaciones le permitiría convencer a la mayoría de los miembros de la presidencia de que la retirada es la mejor solución dada la buena disposición que ha mostrado el PSOE en cuestiones programáticas. Pero nadie se atreve a aventurar si Frutos se arriesgará a dar ese paso definitivo.

Lo único cierto es que la autoridad del que hasta hace sólo un mes y medio no era más que el secretario general del PCE, sin excesivo poder interno, ha crecido como la espuma y le concede mucho margen de acción. En los últimos días, todas las declaraciones de dirigentes, incluso los más críticos, han partido de la premisa de su apoyo total a Frutos como líder de las negociaciones. Él y Víctor Ríos, que se ha transformado en su mano derecha, han conseguido una unidad desconocida hasta ahora en IU, que sin embargo puede romperse si se pone encima de la mesa la retirada.