Bronce de rabia
Con el corazón caliente y los músculos flojos, España logró su tercera medalla consecutiva en los Europeos tras ganar a Francia. El sensacional partido del cerebro español, Talant Duishebáiev, aún griposo, fue decisivo. El seleccionador, Juan de Dios Román, dedicó el bronce a su colega francés, Daniel Constantini, por rechazar un intento de soborno antes del partido Croacia-Francia, cuyo amaño hubiera privado a España de disputar las semifinales."¡Hay que ganar el bronce para metérselo por el culo a los de la EHF (Federación Europea)"!, decían algunos enardecidos jugadores españoles el sábado por la noche, en referencia al arbitraje sufrido ante Suecia en la semifinal. Por otro lado, había una autocrítica unánime: no se puede ser campeón de Europa fallando más de media docena de tiros a bocajarro.
ESPAÑA 24 FRANCIA 23
España: Barrufet (p.), Guijosa (4, dos de penalti), Juancho Pérez, Olalla, Masip (1), Urdiales (4), Xepkin (2) -equipo inicial-, Duishebáiev (7), M. Ortega (4), Lozano (2), Ugalde y Núñez (p. s.). Excluidos: Lozano, Ortega y Urdiales.Francia: Gaudin (p.), Wiltberger (1), B. Gille (6), Girault (2), Richardson (5), Cazal (1), Joulin (4, uno de penalti) -equipo inicial-, Dinart, Puigsegur (1), Burdet (2), Gólic (1, uno de penalti) y Martini (p.s.). Excluidos: Burdet y Gilles. Árbitros: Péndic y Maistórovic (Yugoslavia). Marcador cada cinco minutos: 2-3, 4-6, 6-7, 9-8, 10-10, 13-12 (descanso), 15-14, 17-16, 19-16, 20-18, 22-20 y 24-23. Última jornada del Europeo. Unos 6.000 espectadores en el Dom Spórtova de Zagreb.
Dos grupos de agotados y deprimidos deportistas de élite se pusieron a luchar por una medalla de gran valor: el nivel medio de los equipos del Europeo es muy superior al que se ve en el Mundial y en los Juegos; tras exhibir un balonmano brillante en cinco partidos, Francia fue vapuleada por Rusia en la semifinal. Ese contraste se tradujo en un raro combate. Aprovechando los descansos que le daba Román para toser en el banquillo, Duishebáiev ganó ayer el duelo de artistas contra Richardson que no pudo verse el pasado martes, cuando la ausencia del primero se sumó a la pájara de sus compañeros en una derrota sin paliativos. Cada gol del central español fue una maravilla que recordaba su elección como mejor jugador del mundo, dos veces a mediados de los noventa. Y eso que su homólogo francés marcó dos de antología.
Aparte de ese recital, España llegó al descanso con un gol de ventaja por el alto rendimiento de sus hombres más frescos: Mariano Ortega, Urdiales, Olalla y el portero Barrufet. Después se mantuvo la misma tónica, hasta que la lucha quedó casi sentenciada con el 22-19 a falta de 6 minutos.
El brindis de Román para Constantini fue el colofón de una historia vergonzosa. Después de que algunos jugadores y varios periódicos croatas acusasen a España y Francia de haber amañado su partido del grupo A para eliminar a los anfitriones, varios jugadores franceses aseguraron que habían recibido llamadas telefónicas para ofrecerles dinero y compañía femenina si se dejaban ganar por Croacia. De ahí el gesto de Román tras su partido 200 con la selección.
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