Los 'argumentarios' populares
El PP reparte cada día guiones a sus militantes con ideas comunes a defender
El Área de Comunicación del PP está remitiendo a diario a los principales representantes del partido un argumentario con descalificaciones de los socialistas -"el caudillo Chaves suma su voz al 'barullo' socialista"-, duras críticas al Partido Nacionalista Vasco, ex socio del Gobierno -"el PNV ha pagado un precio político a ETA y ahora quiere que paguemos todos los demás"- y apologías de la gestión popular -"el PP es el partido del bienestar social"-. El propósito de ese tipo de documentación, remitida bajo la denominación de Claves, es homogeneizar los mensajes de ministros, altos cargos, presidentes autonómicos, dirigentes regionales, algunos alcaldes y otros portavoces populares a través de los medios de comunicación.En una reunión de la dirección del Partido Popular celebrada hace 13 días, José María Aznar llamó la atención acerca de que el PP no puede permitirse en precampaña electoral aparecer con mensajes disonantes, y emplazó a los representantes populares a utilizar un lenguaje unificado. Si bien el PP remite desde la pasada primavera argumentarios a algunos de sus principales representantes, entre ellos la decena de parlamentarios que intervienen en tertulias radiofónicas, el Área de Comunicación, coordinada por Rafael Hernando, ha intensificado en las últimas semanas el cariz caricaturesco de los mensajes. El PP niega que envíe también sus Claves a responsables de medios informativos. En algunos de ellos, editoriales y comentarios de opinión han incluido argumentos y expresiones coincidentes, en el tiempo y en la formulación, con las recomendadas por el PP.
Sus argumentarios han tenido como blanco cotidiano a Joaquín Almunia, candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, aun sosteniendo que "no da la talla". Desde hace al menos tres meses, las Claves llevan el epígrafe La crisis del PSOE. El pasado día 14, se afirmaba bajo ese rótulo que "el PSOE de Maragall y Serra deja otra vez en ridículo el liderazgo de segunda de Almunia". Tres días después: "El PSOE de Almunia parece un circo". Al día siguiente: "Almunia es el líder de la desvertebración de España. A todos aquellos que ponen en cuestión la vertebración constitucional de España, Almunia les ofrece pactos". Y también: "Almunia ha hecho descarrilar al PSOE y ha roto la cohesión del partido". Veinticuatro horas más tarde: "Almunia no da la talla. Primero chupó rueda de Felipe González. Después chupó rueda de Borrell. Ahora chupa rueda de Maragall". Y el pasado día 20: "Almunia es el líder de la confusión. Almunia ha creado un paisaje electoral en el que votar a Almunia será como votar a Arzalluz; votar a Arzalluz será como votar a Ibarra, y votar a Ibarra será como votar a Esquerra Republicana de Catalunya".
El pasado día 12, junto al enunciado "Se consuma la ruptura del PSOE", el PP transmitía que "el Partido Socialista de Cataluña desafía a Almunia, desobedece abiertamente a Jáuregui, se independiza del PSOE y pacta un acuerdo de coalición parlamentaria en el Senado con ERC". Joaquín Almunia respaldó con declaraciones ese pacto del PSC. "Con el partido roto", proseguía el argumentario, "el liderazgo de Almunia se tambalea y el PSOE confirma que carece de un proyecto para España en su conjunto".
Los responsables de comunicación del PP afirmaron que la alianza del PSC y ERC "afecta directamente a las dos instituciones sobre las que pivota el modelo territorial español: el Senado y la Federación Española de Municipios y Provincias".
Después de mencionar que el PSC se retiraba de la FEMP, "con lo cual rompe las reglas de juego", sentenciaban que "el PSOE empieza a convertirse en un riesgo institucional". En esas mismas fechas, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, no tenía inconveniente en declarar públicamente que mantenía una cordial relación institucional con los máximos dirigentes socialistas, cuya colaboración en la política antiterrorista agradecía.
Ocho días después de escribir "se consuma la ruptura del PSOE", las Claves ampliaban: "La ruptura del PSOE se dispara. Borrell y Bono censuran la frivolidad pactista de Almunia y se alejan de su proyecto electoral". El Área de Comunicación del PP promovía esta incógnita: "Lo que hace falta saber ahora es cuántos partidos socialistas concurrirán a las elecciones: el de Almunia, el de Borrell, el de Maragall...".
El pasado día 18, las Claves describían así al Partido Popular: "El PP es el partido del empleo; el PP es el partido del bienestar social; el PP es el partido de la transparencia y la eficacia; el PP ha trabajado para todos los españoles, y todos han salido beneficiados". Al establecer la comparación con el periodo socialista, se decía que "el PSOE fue el partido del malestar: impuestos altos, tipos de interés elevados, Seguridad Social en quiebra (...). Con el PSOE, los servicios eran caros y costaban dinero a los ciudadanos; los servicios no estaban en manos 'de todos', sino de 'todos los altos cargos del PSOE". Después se añadía que "con el PP, los servicios privatizados están en manos de los accionistas, y eso está beneficiando a todos los ciudadanos".
El pasado 26 de octubre, tras el epígrafe "Detenidos dos etarras", los responsables de los "mensajes", denominados así en ese momento, escribieron que "las Fuerzas de Seguridad del Estado siguen trabajando para hacer cumplir la ley. El deseo de paz manifestado por este Gobierno del Partido Popular, y por toda la sociedad, no implica la tregua del Estado de derecho". No es la única vez que el PP ha hablado de "Gobierno del Partido Popular" en vez de Gobierno de la nación.
El pasado día 14, las Claves abordaron incluso la sustitución del obispo de San Sebastián, José María Setién, y transmitieron que "el PP confía en que el nuevo obispo contribuya a la normalidad y la búsqueda de la paz, a la vez que ahonde en el camino de la reconciliación en el País Vasco. Uriarte ha de ser el obispo de todos los guipuzcoanos, sin exclusión".
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