Desesperación
Soy conductor de automóvil desde hace seis meses nada más. Antes, me desplazaba por Alicante andando, en ciclomotor y de vez en cuando en autobús. Pero, ¡oh, cielos!, se me ocurrió la funesta idea de sacarme el carnet y comprarme un coche. Y entonces empezó la pesadilla. ¿Cómo puede moverse uno en Alicante en un coche sin atacarse de los nervios? Las obras, muchas, mal planificadas e inoportunas en fecha, que tardan más de lo previsto y luego, como no están bien hechas, hay que volver a hacerlas; el poco respeto de muchos automovilistas que aparcan donde sea; los escasos aparcamientos, el planeamiento urbanístico del Ayuntamiento, con unas vías de acceso y salida insuficientes... ¿Qué pasa con los accesos a la Universidad? ¿Gran Vía? ¿Calderón? ¿Soto Ameno? ¿Conde Vallellano? ¿Avenida de Elche?, etc. Porque sin haber obras, todos estos son puntos negros del tráfico en Alicante. ¿Sacarán de nuevo la varita mágica de las promesas cara a las elecciones? ¡Socorro!- .
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