El Congreso aprueba por unanimidad mantener el sueldo a los diputados hasta el día de las elecciones

Madrid Con cierto sigilo y sin previo aviso, la Mesa del Congreso y, días atrás, la Junta de Portavoces han aprobado por unanimidad mantener el sueldo de los diputados hasta el mismo día de las elecciones, el 12 de marzo, a pesar de que se hayan disuelto las Cámaras. Así lo confirmó ayer el presidente del Congreso, Federico Trillo, que adujo razones de justicia para tomar esta decisión así como de legalidad, toda vez que en los Presupuestos de este año ya en curso figura una partida completa de sueldos para diputados. Trillo y el PSOE discreparon sobre la capacidad que ha tenido la oposición para controlar al Gobierno.

Todo lo relacionado con los sueldos de los diputados viene siendo engorroso para los grupos políticos por el temor a que la opinión pública no asuma de buen grado subidas o compensaciones. En el Congreso, a excepción de la legislatura anterior, los parlamentarios dejaban de serlo a efectos retributivos desde el día en el que se disolvían las Cámaras y, por tanto, dejaban de tener salario durante un par de meses, hasta que se volviesen a formar las nuevas Cortes y en el supuesto de que resultasen reelegidos. Quienes ni siquiera fueran en las listas dejarían de cobrar para siempre, sin compensación, pensión o derecho pasivo.Así, parlamentarios con excedencia en la Administración o en la empresa privada se veían obligados a pedir el alta en sus trabajos para no quedarse sin remuneración alguna durante dos mensualidades. Luego, transcurrido ese tiempo, si resultaban reelegidos, volvían a solicitar la excedencia.

En esta ocasión no tendrán necesidad de ello, porque van a seguir cobrando con absoluta normalidad. Una situación que ya se da en el Senado, que en su Reglamento prevé que los senadores conserven su condición a efectos retributivos hasta que se constituya la nueva Cámara.

En este apartado no hubo ayer problemas en la reunión de la Mesa del Congreso, presidida por su titular, Federico Trillo, quien luego, con buen ánimo, compareció ante la prensa para ensalzar y agradecer a todos los portavoces de los partidos su colaboración y lealtad al tiempo que consideró "un privilegio" haber trabajado con ellos.

Críticas a Trillo

Momentos más tarde, sin embargo, el vicepresidente segundo, Joan Marcet, socialista, aguaba las palabras amables de Trillo y, salvando el terreno personal, le acusaba de no haber mantenido una posición imparcial sino de haber actuado como un representante de su partido, el PP. Marcet aseguró que los presidentes socialistas del Congreso, Gregorio Peces-Barba y Félix Pons, tuvieron problemas con el Gobierno, de su mismo partido, por defender a la oposición y a las minorías, en tanto que Trillo -"por lo que a mí me consta"- sólo ha tenido un conflicto con el Gobierno porque le quitó la palabra al presidente Aznar en una pregunta oral cuando ya habían transcurrido sus dos minutos y medio.

"No he echado de menos la camiseta de delantero. Me he sentido muy a gusto en la de árbitro", aseguró Trillo para dejar claro que ya es agua pasada su actuación como diputado en las anteriores legislaturas de Gobiernos socialistas, sobre todo la última, en la que fue uno de los parlamentarios más combativos contra el PSOE.

Salvo en un par de ocasiones, no recuerda Trillo que en esta legislatura se hayan traspasado en la Cámara los límites de la cortesía parlamentaria, aunque haya habido dureza en los debates. "Ha habido un buen clima constitucional, político y humano", aseguró el presidente, a quien no le importaría repetir en el cargo.

Por contra, los socialistas sostienen que en estos cuatro años se han sentido imposibilitados para hacer la oposición que querían, según denunció Marcet minutos después de que Trillo se mostrara satisfecho salvo por la "frustración" de no haber podido sacar adelante un nuevo Reglamento ante la falta de acuerdo entre el PP y el PSOE "por sus estrategias y no por diferencias de fondo". Para Marcet, la mayoría "encabezada por el PP" ha actuado toda la legislatura "bloqueando las iniciativas de la oposición y pervirtiendo los mecanismos de control al Gobierno".

Junto a estas palabras, PSOE e IU presentaban ayer un largo escrito a la Mesa de la Diputación Permanente, órgano que vela ahora por la institución parlamentaria, para que el ministro de Sanidad, José Manuel Romay, explique la reforma de la Sanidad que aprobó el viernes pasado el Consejo de Ministros. En esa reunión, el Gobierno aprobó un real decreto sobre nuevas formas de gestión del Insalud, que todavía no ha sido publicado en el BOE.

"El Gobierno califica esa reforma como la más importante y la más profunda que se ha aprobado en la historia reciente de España, y lo hace por decreto y a espaldas del Parlamento", dijo Marcet.