Almunia proclama que la legislatura recién concluida es "la de las oportunidades perdidas"
La legislatura que terminó ayer tiene una definición para los socialistas: han sido cuatro años de "oportunidades perdidas". El candidato del PSOE a La Moncloa, Joaquín Almunia, acusó al Gobierno de José María Aznar de haber desaprovechado el crecimiento económico para hacer una distribución más justa de la riqueza. Por ello, el PSOE quiere convencer a los ciudadanos de que el 12 de marzo tendrán ante sí dos opciones muy distintas: "La del PP, preocupado por los intereses de los que más tienen", y la de los progresistas, que cuidarán "de los más débiles y necesitados".
En cuanto se hizo efectiva la firma del decreto de disolución de las Cortes por el Rey, poniendo punto final a la legislatura, Almunia hizo una solemne declaración de principios: "Como candidato socialista a la Presidencia del Gobierno espero la fecha de las elecciones con la confianza de que, siendo más los españoles que se sienten progresistas, a partir del 12 de marzo vuelva a haber en España una mayoría parlamentaria progresista y un Gobierno que los represente", leyó. Antes había subrayado la buena noticia que supone para los ciudadanos el hecho mismo de votar y ser dueños de su propio futuro.El líder del PSOE aprovechó esta primera comparecencia con la legislatura cumplida para pedir el voto a los progresistas y lanzar varios dardos al Gobierno. El hecho de que esta legislatura haya sido la más larga de la democracia no le parece a Almunia la característica más relevante. "Esta legislatura ha sido la de las oportunidades perdidas, por culpa de la orientación política de Aznar y su Gobierno". La bonanza económica no ha servido, según Almunia, para una mejor y más justa distribución de la riqueza, no se han reducido sustancialmente las desigualdades sociales y tampoco se han llevado adelante políticas de inversión que garanticen un mejor futuro para la inmensa mayoría.
Proximidad
En el discurso electoral de Almunia será una constante erigirse como representante y defensor de esa mayoría. Para ello, tanto él como los demás candidatos socialistas se esforzarán en demostrar proximidad con los ciudadanos. "El 12 de marzo los españoles van a optar entre un gobierno como el actual, que se ha preocupado ante todo de los intereses de los que más tienen y otro gobierno progresista, que quiere gobernar pensando en los intereses generales, y especialmente en aquellos ciudadanos más débiles y por ello más necesitados de apoyo", dijo Almunia.
Su compromiso está en hacer llegar a todos los rincones de España el programa y los proyectos del PSOE, por lo que le parece imprescindible mantener un debate en la televisión pública con el presidente del Gobierno. "Reclamo desde hoy a José María Aznar que manifieste en el inicio de la campaña su disponibilidad para confrontar ante millones de ciudadanos, a través de los medios de comunicación, su proyecto político con el que yo defiendo y represento en nombre de los ciudadanos progresistas".
El reproche a Aznar de que ha gobernado para los poderosos se completará con otra línea de ataque al Ejecutivo: la de que España es hoy más frágil en su cohesión territorial y social. "El Gobierno no ha conseguido mediante sus pactos con los nacionalistas mejorar la cohesión territorial de España, por lo que el señor Aznar entregará a su sucesor una España más frágil que la que él heredó", afirmó.
Esos problemas "de articulación" de España habían centrado la conferencia que, por la mañana, ofreció Almunia ante cientos de estudiantes de la Universidad de Alicante, informa Jaime Esquembre. El candidato socialista subrayó la necesidad de comprometer a las formaciones nacionalistas en un proyecto común, por lo que un hipotético pacto para gobernar a partir del 12 de marzo "implicará ese compromiso, porque de otra forma el acuerdo se convierte en pura transacción mercantil medida en dinero".
El acto celebrado en el campus de Alicante, que se presentó como "estrictamente universitario", comenzó con un pequeño incidente cuando una veintena de ultranacionalistas intentaron reventar el acto al grito de "Tu alternativa es una mentira". Fueron expulsados de inmediato entre los aplausos del público.
A diferencia de José María Aznar, el líder del PSOE no aceptó ayer responder a preguntas de los informadores tras su comparecencia en la sede central del PSOE una vez cerrada oficialmente la legislatura. Almunia se marchó con cierta prisa para presentar, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, un libro del que fuera secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Enrique Guerrero. El volumen, titulado Crisis y cambios en las relaciones Parlamento-Gobierno, 1993-1996, refleja la convulsa vida parlamentaria de los tres últimos años de los Gobiernos de Felipe González. En la presentación, Almunia destacó que "si bien el Parlamento tiene que ser el centro de la vida política, todos los Gobiernos se resisten a acometer las reformas que aumenten el control [del Ejecutivo por las Cortes]", unas reformas que, si el PSOE gana las elecciones, se comprometió a llevar a cabo.
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