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FÚTBOL Mundial de clubes

Saltos de alegría en medio de un funeral

Maracaná se había quedado indiferente. Su cosquilleo ambiental respondía más a la expectación de lo que estaba por llegar (el decisivo partido Vasco de Gama-Necaxa) que por lo que se acababa de producir (el intrascendente Manchester-South Melbourne). Y si de algún lado se descartaba un gesto de felicidad, era del conjunto inglés. El Manchester no se sabía aún eliminado, obligado a un prematuro viaje de vuelta a Europa, pero casi. El 2-0 sólo le servía para maquillar su orgullo, nada más. Y, sin embargo, era de allí, del sector del estadio que ocupaba por entonces el Manchester, de donde parecían proceder los ecos de una fiesta exagerada. Era allí donde, ajeno a la presencia de unas cuantas cámaras de televisión, un tipo pegaba unos brincos escandalosos agarrado a un teléfono móvil, voceaba su alegría, se declaraba el ser más feliz de la tierra. El tipo era Quinton Fortune, un surafricano de 22 años que venía de marcar los dos goles de la tarde, sus dos primeros tantos con la camiseta del Manchester. Un tipo que jamás imaginó que en su primer episodio de cierta gloria alguien le iba a poner en conversación con Sequeiros, uno de los amigos futbolistas que dejó el pasado verano cuando el Atlético decidió cerrarle las puertas."Marcos, que sí, que he marcado dos goles en Maracaná, en el campo donde jugó Pelé. Que en Suráfrica estarán como locos, que éste es el día más feliz de mi vida". Al otro lado, Sequeiros trataba de tranquilizar al moreno, que así le llamaban a Fortune en Madrid sus compañeros. La escena habría sido inimaginable hace unos meses, poco después de que el Atlético, tan sólo unos días más tarde de ponerles la miel en los labios, les diera con la puerta en las narices. Las lesiones habían asolado al Atlético, que pasaba por días de crisis, con el agua del descenso al cuello. Sequeiros, el máximo goleador del filial, garantizaba los tantos que le faltaban al primer equipo; y Fortune, velocidad por la banda. Carlos Aguiar, entonces entrenador ya los había dirigido en el B, y decidió incorporarles. Pero a la semana, el técnico fue destituido y llegó Antic, que mandó a los dos de vuelta al filial. Fortune ni siquiera eso: como había llegado a jugar un partido con el Atlético de Primera, y dada su condición de extranjero, la normativa no le dejaba retornar ya al filial, de Segunda. Aún así, Antic decidió quitarle la ficha. Ese mes, tanto Fortune como Sequeiros (ahora en Las Palmas) se juraron que no seguirían en el Atlético.

Fortune fue tentado por el Valladolid de Gregorio Manzano, pero también por el Manchester United. El equipo inglés le ofrecía sólo una prueba, pero el surafricano no lo dudó. A la semana de entrenamiento, Ferguson dio orden de que se le fichase. Fortune tiene por delante a Ryan Giggs, con lo que de dificultad eso supone, pero minuto a minuto se va haciendo con pequeños huecos. Juega más, por ejemplo, que Jordi Cruyff. Y el martes, gracias a la mala trayectoria del Manchester en el Mundial de clubes, le llegó una inesperada titularidad. Quinton la aprovechó: dos llegadas al área, dos zurdazos y dos goles. Y encima en Maracaná, el campo donde jugó su ídolo de siempre (Pelé). Una hazaña que, ante la perplejidad general, Fortune festejó a saltos y gritos agarrado a un celular. "Que sí, Marcos, que éste es el día más feliz de mi vida".

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