El exceso de velocidad, causa del accidente del avión británico en Girona

Un informe preliminar de la Comisión de Accidentes que investiga el siniestro sufrido por un Boeing 757 británico que se accidentó en el aeropuerto de Girona el pasado 14 de septiembre mantiene que el avión descendió a velocidad excesiva y, a causa de la dureza del impacto con la pista, perdió el tren de aterrizaje delantero. El informe revela que el piloto, después de tomar la decisión de aterrizar, perdió las referencias visuales externas a causa de la lluvia. Dos avisos acústicos automáticos advirtieron al comandante del avión, procedente de Cardiff (Gales), de que su régimen de descenso era excesivo. La aeronave había realizado anteriormente un intento frustrado de aterrizaje que fue abortado porque el avión no se encontraba en una alineación correcta con la pista.

En el segundo intento, el avión descendió con el morro picado. Los dos primeros impactos para tomar tierra, a una distancia de unos 140 metros el uno del otro, fueron de tal magnitud que provocaron la rotura del tren de aterrizaje delantero, originando que la góndola del motor derecho y la parte inferior del fuselaje delantero contactaran directamente con la superficie de la pista.