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La sanidad del Reino Unido advierte de que la gripe puede matar a 20.000 personas

El Gobierno distribuye millones de vacunas ante el colapso de los servicios de urgencias

Los asesores médicos del Gobierno británico temen que hasta 20.000 personas mueran a consecuencia de la gripe que arrasa el país estos días. La falta de camas y enfermeras en los hospitales públicos, así como el hecho de que muchas personas no se hayan puesto aún la vacuna, han llenado los hospitales estatales de pacientes que esperan hasta 50 horas en urgencias para ser acomodados. La última epidemia de gripe en el Reino Unido, hace una década, se cobró 26.000 vidas. También en Italia, las autoridades están preocupadas por la epidemia de gripe en el país.

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A pesar de que los centros médicos públicos británicos llevaban ya varias semanas tratando de contener la avalancha de afectados por la gripe, en especial personas mayores con problemas respiratorios asociados, la muerte de uno de ellos, Harold Smith, ha extremado las cosas. Mecánico retirado de 74 años y recién operado del corazón, la falta de espacio en las unidades de cuidados intensivos nacionales y un posible error humano -viajó 300 kilómetros en ambulancia nada más salir del quirófano- tuvo consecuencias fatales para él. Según los especialistas que le atendieron, el óbito pudo haberse evitado si los hospitales estatales británicos se prepararan con antelación para afrontar las crisis invernales provocadas por enfermedades recurrentes como la gripe.Ajenos de momento a la polémica, los estudiosos del virus apuntan que la cifra de casi 200 ciudadanos infectados por cada 100.000, dada como oficial, es en realidad muy superior. El recuento se hace evaluando las visitas efectuadas por los médicos de cabecera, pero muchos enfermos han hecho caso de las peticiones oficiales de no molestarles mientras no sea estrictamente necesario.

Evitar el colapso

Para evitar el colapso de los ambulatorios, el Gobierno británico ha pedido durante semanas a los ciudadanos que se metan en la cama y tomen líquidos y compuestos antitérmicos si sufren un proceso gripal. La solicitud ha surtido efecto, porque muchos han recurrido al servicio telefónico de información gestionado por la propia sanidad pública. Con 209.000 llamadas recibidas por su personal cualificado, sobre todo enfermeras, en las últimas dos semanas, el Gobierno admite ya que el país sufre los rigores de una epidemia de gripe.

Otros pacientes, en especial jubilados o con dolencias del aparato respiratorio, se han quedado en casa pensando que tenían un fuerte catarro, cuando en realidad la gripe que les aquejaba se había convertido ya en una neumonía. Para los que ni siquiera se han vacunado este año, la situación puede ser irreversible.

El Laboratorio Público Nacional señala que muchas más personas, en especial las que no han cumplido aún 65 años pero sufren trastornos pulmonares, deben vacunarse. Nueve millones de dosis a 1.300 pesetas cada una han sido remitidas a los ambulatorios, pero la campaña publicitaria animando a la población a ser inoculada no ha surtido en esta ocasión el efecto deseado. En Escocia, la sección de la Asociación Médica británica ha criticado con dureza al Gobierno autónomo por ignorar los peligros de no proteger a tiempo a los grupos más vulnerables de población.

El Gobierno laborista, que ha admitido la magnitud del problema, ha preferido calmar sobre todo los ánimos de médicos y pacientes. "La afluencia de enfermos es notoria, pero los hospitales lo llevan este año mejor que nunca", dijo ayer Alan Milburn, titular de Sanidad, que ha sido ridiculizado por la oposición conservadora. "Si los laboristas no fueran tan dogmáticos, trasladarían a los enfermos a centros privados. Pero detestan el sector privado y prefieren poner en peligro a los enfermos", le contestó Liam Fox, portavoz tory de Salud.

Neurosis en Italia

También en Italia las autoridades sanitarias están preocupadas por la epidemia de gripe desatada en el país, pero más aún por la neurosis de esta enfermedad que ha hecho que las llamadas a las ambulancias sean masivas y que los servicios de urgencias de muchos hospitales estén colapsados, informa Efe. Los principales hospitales de Milán, Roma y Nápoles no disponen de camas suficientes para atender a la demanda de personas que acuden a urgencias para ser atendidas de fuertes ataques gripales.

Al otro lado del Atlántico, en EEUU, la gripe, que ha alcanzado una ferocidad poco común en las últimas semanas, ha abarrotado también los hospitales y las consultas médicas en una de las más graves temporadas de gripe que recuerdan los médicos. El Centro para el Control de Enfermedades (CDC) rechazó ayer denominar el brote infeccioso como epidemia, pero reconoció que los casos de muerte por neumonía y gripe son más elevados ahora que en semanas anteriores. El CDC ha distribuido 80 millones de vacunas contra la gripe, que se considera especialmente peligrosa para niños y personas de edad avanzada.

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