El precio sin impuestos de los carburantes aumentó más de un 40% durante 1999
El precio antes de impuestos de los carburantes aumentó por encima del 40% durante 1999. En el caso de la gasolina sin plomo, el alza se aproximó al 50% (47,41%), mientras que el del gasóleo fue de un 43,78%. La principal causa de este incremento fue el encarecimiento del precio del crudo, que en el año pasó de 10,5 a 25,5 dólares por barril. Fuentes de las petroleras destacan que el aumento pudo ser el doble de no haber sido porque sólo han trasladado la mitad de los precios internacionales a los españoles, en respuesta a la colaboración que el Gobierno les solicitó para frenar la inflación.
El año pasado fue muy costoso para los usuarios habituales de un vehículo. Una persona que cargó su tanque de gasolina sin plomo en enero pagó en torno a 107,8 pesetas por litro. En diciembre pasado, ese litro le costó 17,1 pesetas más (un 15,8% de alza). Si lo que repostó fue gasóleo, en enero desembolsó unas 90,9 pesetas por litro y en diciembre pagó 17 pesetas más, lo que supone un aumento del 18,7%. En el caso de la súper, el combustible cuya venta se eliminará a partir de 2002, la subida fue de unas 14,8 pesetas entre enero y diciembre, un 14,9%.Esos mismos precios antes de impuestos registraron un incremento mucho mayor. Aumentaron un 47,41% en el caso de la gasolina sin plomo, un 43,78% en el del gasóleo y un 40,3% en el de la gasolina súper. Los referidos precios suponen en torno al 30% del que paga el consumidor y son aquéllos sobre los cuales las compañías petroleras tienen potestad, subiéndolos o bajándolos de acuerdo a la cotización internacional de la materia prima, a los costes de refino, a la distribución y a los márgenes de ganancia que quieren obtener. Excluyen el impuesto especial sobre los carburantes y el impuesto sobre el valor añadido (IVA).
Medidas de contención
Estas subidas suponen que las petroleras españolas han trasladado a sus precios la mitad (menos en algunos casos) de lo que ha aumentado la cotización de las gasolinas y el barril de petróleo en el mercado internacional. El precio del barril de petróleo brent del mercado de Londres registró un aumento del 143% entre el 4 de enero de 1999 y el 24 de diciembre del año pasado. Durante esas fechas, el precio del gasóleo en el puerto de Rotterdam aumentó un 150%, mientras que en el de Génova subió un 142%. Las gasolinas súper y sin plomo subieron una media del 110% en ambos puertos.
El aumento de los carburantes en España ha sido bajo en comparación con el resto de la Unión Europea. Según fuentes del sector, las petroleras en otros países han ido reflejando las subidas y bajadas de los precios internacionales con más regularidad. Por esta razón, no se espera que ahora bajen los precios en España, a pesar de que el precio del barril de petróleo ha descendido unos dos dólares desde finales del año pasado, de que el precio internacional de las gasolinas se redujo unos 20 dólares por tonelada y de que la peseta se ha revalorizado frente al dólar.
Pese a que los costes de las materias primas de la gasolina sin plomo y de la súper han tenido una evolución similar en el mercado internacional, el de la sin plomo siempre se ha mantenido unas cinco pesetas por debajo del de la súper. Este diferencial de precios es político. Lo solicitó el Gobierno hace una década para incentivar el consumo de la sin plomo por ser menos contaminante. La estrecha colaboración entre Gobierno y petroleras también se hizo patente a mediados del año pasado. Tras la fuerte escalada del precio del crudo, que a finales de verano se situó en un máximo de 27 dólares por barril, el Gobierno solicitó a las petroleras que le ayudaran a contener la inflación.
Fuentes del sector dicen que de no haber habido esa "colaboración", la subida de los precios de los carburantes se habría duplicado durante 1999, al igual que la presión de éstos sobre la tasa de inflación. Estas fuentes señalaron que mientras las petroleras se contuvieron al máximo para no trasladar los precios del crudo a los de las gasolinas, el congelamiento fue más difícil en el caso del gasóleo porque se encareció mucho más.
La evolución del precio al público de las gasolinas a partir de agosto muestra su casi total paralización, mientras que en la del gasóleo se observa un incremento constante. El precio del gasóleo pasó de 101,1 pesetas en julio a 107,9 a principios de este año, y ha supuesto un gran obstáculo para que el Gobierno pudiese alcanzar su objetivo de inflación, que finalmente tuvo que revisar al alza.
El retroceso experimentado por el precio internacional del crudo y de las gasolinas en los primeros días de 2000 puede acentuarse, según los expertos, previendo que los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidan a finales de marzo aumentar su producción. La extracción de crudo está hoy cinco millones de barriles diarios por debajo de la del 1 de abril de 1999, por lo que si la OPEP sube su producción, la oferta aumentará quitando presión sobre una demanda creciente. Ello empujará los precios a la baja. La OPEP no quiere que los empuje mucho, por ello duda en tomar la decisión de aumentar su producción. De adoptarse la medida, los analistas prevén que los usuarios españoles estarían entre los últimos de la UE en beneficiarse de una bajada de precios.
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