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De los fallos de un portero llamado Sanz a la aparición de Crivillé en moto

De lo lindo disfrutó el público, que convirtió Chamartín en una fiesta. Primero, con el partido en el que participaron ex jugadores, junto a deportistas y famosos. El equipo en el que estaban, entre otros, Michel, Butragueño, Pirri, Camacho y Santillana, salió goleado (4-1). Buena culpa de ello la tuvo Lorenzo Sanz, que durante algunos minutos ocupó la portería y tuvo una pobre actuación. Pero el momento más espectacular lo protagonizó Crivillé, encargado de leer el manifiesto contra las drogas, que apareció en el césped a lomos de la moto que le dio el título mundial.

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La fiesta de Anelka

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