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Una niña recién nacida, hallada con síntomas de congelación en una carretilla de obras

Una recién nacida fue abandonada a las siete de la mañana de ayer en un patio interior del número 34 del paseo de Reina Cristina (Retiro). El empleado de la finca halló al bebé en una carretilla de obra cargada de cemento cuando el térmometro marcaba los cero grados. La pequeña tenía sin cortar el cordón umbilical, padecía una severa hipotermia y anoche seguía ingresada en la UCI del hospital Niño Jesús. Podría haber muerto por congelación si hubiese seguido desamparada durante 10 minutos más, según fuentes del Samur. La policía buscaba anoche a la madre.

Nada pudo averiguar ayer la policía sobre la identidad de la madre. Tampoco ningún testigo vio cómo dejaban al bebé debajo de los plásticos que protegían la carretilla cargada de cemento. De las investigaciones se encargaban los agentes del Grupo de Menores de la Policía Judicial (Grume), que interrogaron, sin éxito, a los vecinos del bloque y a los inquilinos de las casas cercanas.La criatura fue abandonada pocos minutos después de las siete de la mañana. Había sido colocada en una carretilla de obras, rodeada de contenedores de basura y maderas. La pequeña estaba envuelta en un trapo de cocina y protegida por unos plásticos.

Manuel, el portero de la finca, y su esposa escucharon un gemido mientras se disponían a meter los cubos de basura al portal. "Una gata ha parido", dijo la mujer antes de aproximarse. El empleado oyó de nuevo el gemido y luego un llanto. Llevantó el plástico y descubrió los pies enrojecidos de una niña recién nacida envuelta en una toca y unos trapos. Manuel relata que dio un pequeño grito y retrocedió un poco. De nuevo destapó el plástico para confirmar que aún "no estaba soñando". La pequeña rompió a llorar.

Restos de placenta

El bebé estaba desnudo, con el cordón umbilical cortado y aún sin anudar y restos de la placenta. El hombre se fue a toda prisa en busca de un teléfono, pero en el camino se topó con Óscar López, un repartidor de fruta. Éste avisó con su teléfono celular al 092. "Estaba envuelta en un trapo sobre la carretilla", recordaba aún tembloroso Óscar. "Todavía tenía la costra del parto y al principio nos hemos asustado un poquito. Yo la destapé una vez y también volvió a llorar", rememoraba.

En el patio del portal se reunieron varias personas que pasaron unos instantes de desasosiego hasta que llegó la Policía Municipal, que a su vez avisó al Samur. "Fueron unos tres o cuatro minutos de nervios, porque veíamos que la niña no paraba de llorar pese a que tratábamos de protegerla del frío, pero nadie decía nada", recordó uno de los vecinos.

La pequeña, de tres kilos de peso, fue trasladada hasta el hospital del Niño Jesús en una unidad de soporte vital avanzado del Samur, que le prestó los primeros auxilios en el patio porque presentaba síntomas de congelación: "Le administramos oxígeno para despejarle las vías respiratorias y le pinzamos el cordón umbilical", explicó Emilio de Benito, portavoz del Samur.

Lola, una de las enfermeras, explicó ayer, emocionada, el traslado del bebé al hospital. "Era una recién nacida muy guapa que tenía todavía restos de sangre, pero estaba bien". Por los rasgos del rostro parece hija de padres europeos.

Los pediatras del hospital Niño Jesús sometieron a la pequeña a diversas pruebas. Su exploración no presenta inicialmente signos negativos, aunque permanecía ingresada anoche en una incubadora especial de la unidad de cuidados intensivos. Los servicios de información del hospital no aportarán ningún otro dato, "en aras de proteger escrupulosamente los derechos de la menor".

Éste es el segundo bebé abandonado en Madrid en el mes de diciembre. El pasado día 1, una dominicana de 18 años dejó a su hijo en un descampado de Tetuán y huyó. La policía la detuvo a las pocas horas. La Comunidad de Madrid pronosticó entonces que se podrían producir más abandonos de bebés "en lugares no deseables", porque desde el pasado mes de noviembre es obligatorio incluir los datos de la madre al inscribir al menor.

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