Detrás de Jalabert, Olano
El ciclista guipuzcoano pasa su primer invierno estilo ONCE
Abraham Olano bajó el otro día por Madrid. Espigado. Flaco como un cuchillo. "Pero Manolo dice que todavía estoy gordo", afirma el ciclista guipuzcoano que se hizo famoso por ser capaz de bajar 11 kilos en pocos años y dejar de ser un culogordo que se quedaba en la primera cuesta para convertirse en el mejor corredor español de la era post Induráin. Hasta ganó una Vuelta a España reputada por su dureza. Poco para Manolo. "La ONCE es otra cosa", dice Manolo, esto es, Manolo Saiz, el director de Olano, el creador de un estilo propio en el ciclismo español. "Y éste es el primer año pleno de Olano en la ONCE, el primer invierno que pasa conmigo". Eso significa hambre."Bueno, no es para tanto", dice Nicolás Terrados, el médico del equipo. "Es verdad que hemos puesto a Abraham a régimen este invierno, pero ha sido simplemente porque no tiene sentido que coja kilos que luego cuesta mucho perder. Y, además, el régimen no es draconiano. Consiste simplemente en que siga comiendo lo que le gusta, pero en cantidades menores. Casi ni tiene la sensación de estar a dieta. Es un plan personalizado y ajustadísimo". Así, ni en noviembre, el mes de tradicional libertad de los ciclistas, los días en que se olvida la mayoría de su vida de monjes, se han escapado Olano y familia ("el apoyo de su mujer es fundamental para el éxito de la dieta", dice Terrados. "Ella, Karmele, ha tenido que rellenar un cuestionario sobre los gustos de Abraham".
Un invierno en el ONCE significa también mucho entrenamiento. "Nada especial", intenta evadirse Saiz. "Simplemente queremos que a comienzos de año los esfuerzos le cuesten menos trabajo. Queremos que gane en regularidad. Queremos que no sufra por estar delante, porque él siempre quiere estar delante. Y creo que en marzo ya estará bien de forma. Por lo menos mejor de lo que acostumbraba".
¿Nada especial? Olano se ha estado entrenando en la zona de Sierra Nevada. Durmiendo en la altura, los 2.500 metros del centro de Alto Rendimiento, forzando a su médula ósea a estimular la producción de glóbulos rojos para compensar por la menor presencia de oxígeno en la atmósfera. Entrenándose casi a nivel del mar, siguiendo las últimas tendencias de los fisiólogos.
"Ha estado casi tres semanas, el tiempo mínimo necesario para establecer una sólida base aeróbica y oxidativa a base de entrenamientos extensos, no intensos", prosigue Terrados. "Porque nuestra intención es que comience fuerte, muy fuerte. Psicológicamente le vendrá muy bien empezar a tope y ganar algo de entrada. Y después, a seguir fuerte. Luego volveremos a nuestra vieja costumbre de establcer un parón a finales de abril. Y a partir de ahí, a por las grandes carreras por etapas, el Tour y la Vuelta".
Los pasos de Jalabert, pues. En 1995, el corredor francés empezó a tope, ganando ya en la Vuelta a Mallorca, siguió con victoria en Valencia, la París-Niza, la Milán-San Remo... Descanso, y más victorias, incluida la Vuelta. No falló ningún mes.
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