Encestar desde el despacho

De la obsesión continua por encestar, Jordi Villacampa (Reus, 1963) ha pasado, en poco más de dos años, a la obsesión por obtener recursos y labrar desde los despachos un futuro esplendoroso para su club de siempre, la Penya como es conocido en Badalona o el Joventut como se le llama en toda España o el Pinturas Bruguer como, en aras de su consorte económico, se denomina ahora.Siempre ha sido Villacampa un tipo con inquietudes. Cuando se retiró no se quedó, como muchos deportistas de élite, mano sobre mano. Ya antes de que colgara las zapatillas, en el verano de 1997, se había convertido en delegado de Kelme y dirigía, junto a Stoichkov, Rafael Jofresa y Galilea, el restaurante Toni Romas. Después sorprendió con sus acertados juicios técnicos en la función de comentarista a la que se dedicó en Catalunya Ràdio. Y el pasado mes de mayo hizo más intensa su relación con Convergència i Unió al ser incluido en la lista de la coalición que encabezaba Pere Esteve para las elecciones europeas.

A principios de esta temporada se hizo cargo de la vicepresidencia de la Penya. Nadie, ni él mismo podía sospechar que sólo unos meses después, el pasado lunes, Genís Llamas, acuciado por las horas de dedicación que le reclama su empresa, decidiera dejar su sillón presidencial en poder de Villacampa.

No es habitual que un jugador se convierta en presidente, y menos en tan poco tiempo. En el baloncesto español sólo existe un caso como el suyo, el de Josean Querejeta, máximo dirigente del Tau Vitoria que, entre otros equipos, jugó en el Baskonia, el Joventut y el Real Madrid. En menor medida, porque como jugador apenas estuvo en la Liga ACB y porque su cargo oficialmente es el de manager general, se puede citar el caso de Lorenzo Sanz Durán en el Real Madrid. Tampoco en el fútbol hay casos parecidos en España; sí en el Bayern Múnich que dirige Franz Beckenbauer, aunque el kaiser tardó bastante más tiempo en asumir la presidencia.

Excepcionales los números con los que cerró su historial como jugador, se le plantea a Villacampa un agravio inevitablemente comparativo: ¿Cómo presentar números tan exitosos como presidente? Como jugador ganó una Euroliga, dos Ligas, dos Copas Korac y una Copa del Rey, fue 158 veces internacional, ganó la medalla de bronce en el Eurobasket de 1991 y posee el mejor récord anotador en un partido con 48 puntos ante Venezuela. Ahora, como presidente, tiene que hacer equilibrios con la delicada situación económica por la que atraviesa el club. Se ha empeñado en que la tabla de salvación sea el proyecto "Badalona capital europea del baloncesto". Se trata de invertir 5.000 millones de pesetas en la construcción de una zona lúdica y comercial de 20.000 metros cuadrados junto al pabellón olímpico de Badalona. De ese proyecto, cuya construcción debería dar inicio en el 2000, dependerá su éxito tanto como de la reacción del equipo que dirige técnicamente Alfred Julbe, bajo cuyas órdenes el propio Villacampa ganó su último título en activo, la Copa en 1997.