"Con Ranieri yo no vuelvo"

Si volver al pasado es una fórmula para retomar el camino perdido, Osvaldo Giroldo Juninho regresó a Middlesbrough para ser de nuevo una estrella. El futbolista brasileño asegura que del Atlético le marginaron el infortunio y, sobre todo, los entrenadores italianos. Cuando fue descartado públicamente por Claudio Ranieri el pasado verano, armó su petate y regresó al club donde se forjó su prestigio en Europa, el Middlesbrough inglés. Dos meses y medio después, 12 partidos más tarde (nueve de Liga y tres de Copa), con dos goles al Watford y unas cuantas carreras en el camino, Juninho se declara feliz de nuevo. Gana (cinco encuentros), empata (cuatro) y pierde (tres) como en el Atlético, pero en Madrid hacía tiempo que había dejado de disfrutar.Es difícil distraerse con otra cosa que no sea el fútbol en esta ciudad del centro de Inglaterra. Un buen sitio, según Juninho, para rehabilitarse de un año decepcionante; el que rodeó a su última temporada en el Atlético, marcada por la recuperación de una fractura de tibia y peroné sin el apoyo de su entrenador, Arrigo Sacchi. Una época que coincidió con la peor campaña del Atlético en cuatro años, y que estuvo marcada por la apuesta de Miguel Ángel Gil por Arrigo Sacchi como estandarte de una nueva política de italianización del club. Juninho pagó este cambio: "A los directivos les hace ilusión el fútbol italiano pero al público del Atlético siempre le ha gustado ver al equipo jugar al fútbol". El brasileño habla de "fútbol italiano" y de "jugar al fútbol" como si fueran dos términos opuestos. "Está claro que al público del Calderón no le gusta el fútbol italiano, prefieren el fútbol de ataque; ésa es la verdad. Se puede cambiar la mentalidad de dos o tres personas, pero cambiar los gustos de 60.000 es difícil. En España funciona otra cosa. A la gente le gusta el fútbol de ataque; el ejemplo son el Celta y el Depor, dos equipos que juegan al fútbol: es decir, tocan la pelota. No juegan a dársela al rival y a presionar".

Juninho recuerda con rencor sus días a las órdenes de Sacchi y Ranieri. "Con Ranieri en el Atlético yo no puedo volver al club; eso está claro. Él prefiere a los jugadores que obedecen sus órdenes..." El brasileño no lo pasó mejor con Sacchi. Con el ex entrenador del Milan estuvo a punto de dejar el Atlético a mediados de la temporada pasada. Venía de sufrir una fractura de tibia y peroné y el italiano no le brindó demasiada confianza: "Si vuelves de una lesión tan grande tienes que tener la confianza de todos, y yo no tuve la de Sacchi. Me ponía de ejemplo de manejo del balón durante toda la semana, me animaba. Y el día anterior al partido me decía que no jugabas".

La paz de Middlesbrough acentúa el exilio futbolístico de Juninho. "Ésta no es una ciudad como Madrid; es pequeña y muy tranquila. Las noches no tienen ese movimiento. Aquí he venido a jugar al fútbol", dice, procurando dejar claro que evita cualquier dispersión. No huye de los recuerdos de Madrid. "A veces me dan ganas de ir a España; allí el carácter de la gente es más cálido; la comida es mejor. La verdad, echo de menos la tortilla de patatas".

En Middlesbrough, Juninho intenta olvidar ciertos episodios de su vida, a base de jugar partidos. "He jugado siempre desde que he llegado; y me estoy adaptando muy bien. Intento olvidar lo malo; la lesión que sufrí en Vigo, mi mala temporada... En 15 años de carrera es normal que no todas sean brillantes". Juninho fue nombrado mejor jugador extranjero de la Premier League durante la temporada 96-97, la que precedió a su traspaso al Atlético por 2.300 millones de pesetas. Ahora sus derechos federativos siguen siendo del Atlético, el club inglés sólo tiene una opción de compra ejercitable en junio. Pero Juninho no sitúa sus sueños ni en Madrid ni en Inglaterra. "Quisiera terminar mi carrera en el Sao Paulo".