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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El juego de la oca

En una de las escenas del primer capítulo de Camino de Santiago, un personaje dice: "Es una buena ocasión de sacar beneficios del Xacobeo". Eso, sin embargo, puede hacerse cumpliendo o, como es el caso, gastándose una pasta. Para celebrar el Xacobeo, Antena 3 ha apostado por una mezcla de tópicos y rigor. Entre los actores, dos monstruos (Anthony Quinn y un pétreo Charlton Heston más parco que el de El informal), muchas estrellas (Anne Archer, Imanol Arias, José Luis Gómez, Pepe Sancho, Anabel Alonso, Joaquim Almeida, Loles León) y una larga nómina de secundarios. Como ideólogo, Arturo Pérez-Reverte, que ha cocinado un argumento basado en un megamix de sus tramas favoritas. Conspiraciones en las que se entrecruzan elementos artísticos, históricos y policiales y una sucesión de crímenes capaz de generar muchas hipótesis y algo de suspense.Un encapuchado psicópata al que se relaciona con una vetusta hermandad que practicaba el terrorismo religioso (limpiar el Camino de indeseables) comete oscuros asesinatos. En lugar de regirse por un calendario o por los pecados capitales, éste elige el juego de la oca. La investigación está dirigida por un gallego (José Luis Gómez) que pertenece al ya muy sobado gremio de policías escépticos-pero-intuitivos-que-están-intentando-dejar-de-fumar y que da conferencias de prensa en un país en el que ni siquiera los ministros se dignan contarnos nada.

El argumento se completa con múltiples historias paralelas en las que participan un grotesco escritor alucinado, una fotógrafa desengañada que se está quitando del territorio comanche a base de papel cuché, un falsificador deprimido, un peregrino new age, una ejecutiva moribunda, un redentor de delincuentes, un ladrón-guía turístico a lo La pasión turca perseguido por un Juan Echanove y un Luis Cuenca en plan lo-que-hay-que-hacer-para-ganarse-la-vida y un mafioso directamente sacado de la película Airbag. Todos estos elementos confluyen en una empanada demasiado rellena para ser gallega y en la que, de paso, se insinua un recorrido turístico por el santo camino. Teniendo en cuenta lo difícil que resulta presentar a tantos personajes en tan poco tiempo, hay que aplaudir el andamiaje de un guión demasiado veloz, pero muy entretenido. La realización es otro cantar. Fiestas de San Fermín bajas en figurantes, sangre de bote, persecuciones baratas y un look algo cutre, digno de película porno checa no le hacen justicia a una trama que merecía ser mejor tratada. De los actores, basta decir que dignifican las pocas líneas de diálogo inteligente (en general precipitado) que se les asigna y en algunos momentos (la escena entre Quinn y Archer, por ejemplo) resultan hasta convincentes. Thriller histórico-religioso con gotas de comedia y de publirreportaje sobre el Xacobeo, Camino de Santiago contiene, también, cierta moraleja. Buenos demasiado buenos para ser tan buenos, malos demasiado malos para ser tan malos y escépticos que en el fondo son idealistas confluyen en un camino en el que, a lomos de la fe, puede alcanzarse el premio del milagro o, en su defecto, de la redención. Dependerá, como siempre, de la audiencia.

La miniserie Camino de Santiago se emite entre hoy (22.30), mañana (21.30) y el lunes (22.00).

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