Trons i llamps
Se va repitiendo y calcando una tradición que afirma que en un lugar se había construido un santuario cristiano, pero el sitio era del diablo. Y, claro, no podía consentir Pedro Botero esa expropiación forzosa, sin permutas ni indemnizaciones y, lo que es mucho peor, sin proyecto consensuado. ¿Cómo luchar contra ese abuso de poder? Era fácil en aquella santa edad: iba el demonio encadenando tempestades y dirigiendo sus rayos contra el campanario. Así, causaba desgracias y arruinaba el edificio.Pero, un día, hoy sin ir más lejos, el Sol partió las nubes, bajó un precioso personaje celestial y, como en el Misteri d"Elx, reveló a los humanos vivas palabras para conjurar rayos y relámpagos. Tomaron buena nota, cada uno la suya y, por eso, tenemos varias versiones, que sólo se podían comunicar el Viernes Santo y podrían encerrarse en esta: "Santa Bàrbara va pel camp,/tota vestida de blanc,/reclamant l"Esperit Sant;/l"Esperit Sant la reclama a ella./Santa Bàrbara és donzella./Santa Bàrbara, Santa Helena,/santa Maria Magdalena./lliure-nos del llamp,/el tro i la ma centella". Funcionó como amuleto verbal contra el rayo destructor, unido a la quema de olivo, palma y laurel de Ramos y los "trisagios": "agios, agios, agios, azanatos!". La cuestión era salvar la cosecha y, si era necesario, se rezaba en griego o se invocaba a Santa Bàrbara, diosa del trueno y el rayo, de martirio "inverosímil, debe ser rechazado por falso". Los sermonarios actuales confiesan que las noticias "son inciertas, se ignora la época en la cual vivió y si existió".
Hoy, 4 de diciembre los católicos celebran en público santa Bàrbara y los israelitas la Hanucà (la dedicación) en familia: se encienden ocho velas para recordar el milagro de haber encontrado en el Templo aceite para ocho días, en lugar de para uno.
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