Ferrándiz tenía que estar sometido a un programa específico, dice un experto
El jurista criminólogo que participó en la elaboración de los informes que se realizaban en la prisión sobre Joaquín Ferrrándiz, que está siendo juzgado en Castellón por la muerte de cinco mujeres, aseguró ayer que la medida adecuada que se tenía que haber aplicado al recluso es un programa específico, como a otros delincuentes por delitos sexuales o peligrosos. El criminólogo explicó que la adaptabilidad de Ferrándiz era alta, pero también lo era su peligrosidad.
Este experto, que formaba también parte de las juntas de tratamiento que determinaban las medidas a aplicar entre los reos, mantuvo ayer que la evaluación del comportamiento que en el futuro, cuando estuviera en libertad, iba a desarrollar Ferrándiz se fijaba en dos variables, fundamentalmente: la adaptabilidad y la peligrosidad social.En el caso del presunto asesino de cinco mujeres la adaptabilidad era alta pero la peligrosidad también, aunque el jurista explicó que este índice se utiliza, de forma generalizada, para los agresores sexuales como Joaquín Ferrándiz, condenado por un delito de violación.
Otra de las aportaciones que realizó el criminólogo fue la de su consideración del porcentaje de reincidencia que se da entre las personas acusadas por un delito sexual y que él mismo situó en un 80%. También aseguró que, en general, en España no existen ni recursos ni medidas para controlar a los liberados condicionales de forma que el seguimiento al que habrían de ser sometidos sea "efectivo".
Además aseguró que de su experiencia se desprende que lo único que hace disminuir la capacidad delictiva de estas personas es la edad. Aún así, afirmó que, actualmente, se están aplicando programas especiales, por ejemplo en Cataluña, para delincuentes sexuales y peligrosos.
En la sesión de ayer declaró el educador que tuvo asignado Ferrándiz en la etapa en la que estuvo en el módulo de preventivos, es decir, cuando su sentencia condenatoria todavía no era firme.
"Obediente y pacífico"
El educador señaló que el acusado mostraba intereses culturales a la vez que era "responsable, obediente y pacífico", por lo que se le otorgaron destinos de confianza como el economato o la lavandería. Lo único que destacaba de Ferrándiz, aunque al parecer es un hecho habitual entre los delincuentes de este tipo, es que nunca asumió la autoría de la acción por la que había sido encarcelado: una violación.
Los testimonios expuestos ayer durante la octava sesión del juicio coincidieron con los ofrecidos en la jornada anterior en la que quedó patente que el control al que son sometidos los reclusos que gozan de la libertad condicional son totalmente insuficientes.
Cabe recordar que uno de los informes sobre la conducta y evolución de Joaquín Ferrándiz durante su libertad condicional señala la conveniencia de que éste fuera sometido a un tratamiento psicológico o psiquiátrico. Esta recomendación fue desestimada por el resto del equipo ya que lo consideraban "completamente reinsertado", tal como indicaron varios miembros de la comisión.
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