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Bruselas se niega a limitar la "ley Bosman" de la forma que pretende la FIFA

Santiago Segurola

La Comisión Europea reiteró ayer su apoyo a la sentencia Bosman, lo que supone un portazo a las pretensiones de la FIFA y de la UEFA, que se habían dirigido a las instituciones comunitarias para eximir al fútbol de algunas obligaciones derivadas de dicha sentencia. Los futbolistas comunitarios tendrán, por tanto, el carácter de trabajadores por cuenta ajena y podrán fichar sin limitación de número por cualquier club de la UE. Sin embargo, la Comisión Europea parece dispuesta a permitir las compensaciones económicas a los clubes que hagan un trabajo de cantera.

En una resolución histórica, el Tribunal de Luxemburgo dictó el 15 de diciembre de 1995 la denominada sentencia Bosman, que acababa con el antiguo régimen en el fútbol. Los jugadores tenían de repente los mismos derechos y obligaciones que el resto de los trabajadores del ámbito comunitario. Se decretó la libre circulación de los deportistas con pasaporte de la Unión Europea y se suprimieron las indemnizaciones derivadas por el fichaje de jugadores que habían terminado sus contratos. Murió el derecho de retención en cualquiera de sus fórmulas y se abrieron unas perspectivas que han terminado por cambiar el paisaje del deporte.Las consecuencias de la sentencia Bosman se aprecian en todos los ámbitos del deporte, y muy especialmente en el fútbo, cuyos organismo fueron los más refractarios a las modificaciones. En los últimos cuatro años se ha asistido a la globalización del fútbol europeo, si por tal se entiende la entrada masiva de jugadores comunitarios en los equipos de los países de la Unión.

Durante las últimas semanas, la FIFA y la UEFA han actuado de forma mancomunada para pedir una reforma en los efectos de la sentencia. Los dos organismos han puesto de manifiesto su interés por conseguir un nuevo marco en el fútbol comunitario. Tanto la UEFA como la FIFA pretendían lograr excepciones a la ley que permite el libre tránsito de futbolistas comunitarios. Sin embargo, la respuesta de la Comisión Europea, expresada por medio de Viviane Reding, comisaria de Cultura y Deportes, fue ayer tajante: "Este organismo es el garante de los tratados. De ninguna manera la Comisión puede violar las normas ancladas en el Tratado, y una de las normas que aparecen es la libre circulación de trabajadores y la no discriminación de trabajadores europeos".

Reding se refirió a las pretensiones de la UEFA y la FIFA. "Evidentemente la Comisión no puede hacer lo que algunas federaciones quieren, es decir, aprobar normas que puedan limitar la libertad de los ciudadanos europeos para que puedan jugar en uno u otro equipo".

La comisaria Reding se negó a desvincular el deporte de las actividades laborales que afectan a los ciudadanos comunitarios. "El Tratado es el que es y no nos lo podemos saltar alegremente. El deporte tiene un cariz social y eso hace que posiblemente se puedan adaptar algunas normas, pero esa misma circunstancia hace que la Comisión jamás pueda aparecer como responsable de poner obstáculos a la libre circulación de trabajadores, o a la discriminación entre ciudadanos".

Fuentes de la Comisión manifestaron que las pretensiones de la FIFA y la UEFA eran inaceptables en todos los aspectos, "no sólo porque atenta a las leyes comunitarias, sino por el gravísimo precedente que podía establecerse: si aceptamos lo que quieren las federaciones de fútbol, tendríamos que hacer lo mismo en todos los deportes y, a partir de ese momento, se produciría un efecto dominó que atacaría al principio inviolable de la libre circulación de trabajadores".

Las canteras

Sin embargo, la UE parece estar dispuesta a aceptar ciertas medidas que pueden favorecer a los clubes pequeños o a los equipos que trabajan la cantera. "Estamos buscando sistemas alternativos para ayudar a los clubes que generan jóvenes futbolistas para los equipos profesionales. Estos clubes deberán ser recompensados por su trabajo y por los gastos que se producen en sus sistemas de cantera".

Jean Louis Dupont, el abogado que defendió la causa de Jean Marc Bosman hasta su triunfo en los tribunales, considera que el modelo francés es aceptable para los clubes que dedican sus esfuerzos al trabajo de producir jugadores. "El Estado, a través de una ley, tiene organizado en Francia un tipo de convenio ratificado por todas las partes: clubes, federación y sindicato de futbolistas. Según este convenio, el club que ha formado a un futbolista tiene derecho prioritario para ofrecerle su primer contrato profesional. Una vez terminado el contrato, dicho club puede reclamar una cuota en concepto de indemnización al equipo que fiche a ese jugador".

En opinión de Dupont, este tipo de indemnización sería prefectamente ajustada a las leyes de la Unión Europea y, de alguna forma, ayudaría a preservar el fútbol de cada país comunitaria frente a la llegada masiva de jugadores de otros países.

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