La última Copa Intercontinental

El mejor equipo británico de la década, el Manchester United, y una de las mejores cunas del fútbol brasileño, el Palmeiras, disputan hoy en Tokio (Canal +, 12.10) la última Copa Intercontinental de la historia. El torneo, que a partir de la próxima temporada será sustituido por el Mundial de Clubes -cuya primera edición se jugará entre el 5 y 14 de enero próximos-, supone un reto para ingleses y brasileños. El equipo que entrena Alex Ferguson tiene la última opción de inscribir a un equipo británico en el palmarés de la Intercontinental. Un borrón en el fútbol de las islas. Hace 31 años, el Manchester tuvo la oportunidad de alzar la Intercontinental, pero cayó a doble partido frente al Estudiantes de La Plata argentino en una de las finales más duras que se recuerdan. Best y compañía acabaron llenos de cardenales, probaron la medicina de Bilardo, Verón, Aguirre Suárez... Celtic, Liverpool -dos veces-, Aston Villa y Nottingham también fracasaron en su asalto al título.En su 85 cumpleaños, el Palmeiras, uno de los clásicos del fútbol brasileño, disputa su primera final. Antes de que se cierre el telón del torneo pretende apuntar su nombre junto al de los únicos cuatro equipos brasileños que han alzado el trofeo en sus 37 ediciones: Santos, Flamengo, Gremio y São Paulo.

Ingleses y brasileños llegan a la final con muchas dudas. El Manchester ha tenido problemas en Europa, con una derrota en la Supercopa (1-0 frente al Lazio) y dos en la Liga de Campeones (ante Marsella y Fiorentina). El Palmeiras ha sido eliminado de la Copa de Brasil y la final del campeonato liguero. Ello le ha permitido concentrarse en suelo japonés durante una semana. El United aterrizó el pasado sábado.

El técnico brasileño, Luiz Felipe Scolari, ha preparado minuciosamente el choque. No quiere que se repita lo que sucedió en 1995, cuando desde el banquillo del Gremio vio como el Ajax que entonces dirigía Louis Van Gaal levantaba la Copa. Por ello se ha pasado la semana en Tokio frente al vídeo. Y asegura haber llegado a una conclusión: "Los equipos ingleses repiten una y otra vez las mismas jugadas y todo el mundo sabe lo que van a hacer, pero el Manchester es algo diferente y de vez en cuando improvisa". La receta será atosigar al rival lejos de la portería propia. Un remedio reclamado por el portero Marcos, temeroso de los golpeos de falta de Beckham. El partido se jugará con un balón más ligero de lo normal, lo que ha acentuado los temores de Marcos: "Si dispara un jugador como Beckham el balón cogerá un efecto especial y caerá sobre mí mucho antes de lo habitual".

El Palmeiras, una lustrosa fábrica de talentos -en sus filas se acunaron Pereira, Leivinha, Rivaldo, Roberto Carlos, Amaral, Edmundo...-, ha reunido un interesante grupo en el que destaca Zinho, campeón del mundo en 1994, el internacional César Sampaio, el singular delantero colombiano Asprilla y la joven promesa Álex, un zurdo elegante y gran lanzador de faltas.

En el bando inglés, el técnico Alex Ferguson ha intentado mentalizar a sus jugadores para que se enganchen al partido. No quiere que el viaje a Tokio se convierta en una ruta turística para un grupo de futbolistas que esta temporada ha dado síntomas de relajación. Desmotivado quizá tras haber cerrado el ejercicio pasado con los títulos de Liga de Campeones, Liga y Copa inglesa. "Tenemos que identificarnos con la seriedad con que los brasileños se han tomado el partido", ha declarado Ferguson nada más pisar suelo japonés.

A los problemas del equipo se ha sumado la baja de su goleador Andy Cole, en Inglaterra con problemas de espalda, y la duda de Butt, con una lesión en la muñeca.

Manchester: Taibi; G. Neville, Berg, Stam, Irwin; Beckham, Butt, Scholes, Giggs; Solskjaer y York.

Palmeiras: Marcos; Junior, Roque, Junior Baiano, Ze María; Zinho, César Sampaio, Galeano, Álex; Nunes y Asprilla.