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Álvarez del Manzano reconoce que no le gusta el proyecto de las 'narcosalas'

Las narcosalas han abierto una nueva trinchera entre el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, ambos del PP. El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, reconoció ayer que no le gusta el proyecto de la Agencia Antidroga de la Comunidad de abrir en el poblado marginal vallecano de Las Barranquillas una unidad de venopunción, donde los toxicómanos más desarraigados puedan consumir drogas en condiciones dignas y no en descampados o alcantarillas."No nos gusta nada el emplazamiento elegido y, además, no veo que el proyecto resuelva los problemas que hay que solventar para que funcione", aseguró el regidor. Insistió, sin embargo, en que su equipo no ha tomado aún una decisión sobre este asunto, que se abordará en la comisión municipal sobre drogas del próximo 2 de diciembre.

El gerente de la Agencia, José Cabrera, siente "sorpresa" y "estupor" ante la actitud del primer edil y cree que a éste "no le están asesorando bien sus técnicos". "Se va a quedar solo en su postura porque el Estado, la Comunidad y casi todas las ONG apoyan este proyecto", vaticina. "El alcalde puede temer una reacción vecinal contraria, pero eso no tiene sentido, porque Las Barranquillas (uno de los principales puntos de venta de droga de la ciudad) está situado a más de dos kilómetros del casco urbano", agregó Cabrera. También se preguntaba si las instituciones tendrían responsabilidades penales si fallece un toxicómano en estas salas, pero ya le hemos respondido que ninguna", apostilló.

El propio portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Pedro Calvo, recordó ayer al alcalde que el proyecto de las narcosalas "no sólo está impulsado por la Comunidad, sino que también está avalado [y subvencionado] por el Plan Nacional sobre Drogas" y le pidió que "la presión de los vecinos" no le impida apoyarlo, según informa Efe. La Asamblea de Madrid aprobó el proyecto por unanimidad de todos los grupos parlamentarios una vez que el PP aceptó las enmiendas planteadas por PSOE e IU.

Ignacio García, presidente de la asociación de vecinos Ahora, una de las que más se han movilizado contra la venta de droga en Vallecas Villa, explica que esta entidad está en contra del proyecto de narcosalas diseñado por la Agencia. "Claro que es mejor atender a alguien que está tirado que dejarlo ahí, pero si sólo se monta una de estas unidades en Las Barranquillas lo que se va es a consolidar ese gueto que las instituciones han permitido levantar en menos de dos años", asegura.

"Nosotros apoyaríamos un plan de narcosalas si se abriese una por distrito, incluida en un plan global de asistencia y dentro de la red sanitaria", concluye García.

La Comunidad, dispuesta a abrir las 'narcosalas' aun sin apoyo municipal

José Cabrera asegura que, con apoyo municipal o sin él, la Comunidad seguirá adelante con el proyecto de las narcosalas. "Según la ley de creación de la Agencia Antidroga, ésta tiene todas las competencias de asistencia, prevención e investigación en toxicomanías", aduce el gerente. "Y en virtud de esas competencias vamos a actuar para reducir el daño de personas que, si no, van a infectarse e infectarnos de tuberculosis, hepatitis y sida, entre otras enfermedades", recalca. Cabrera reconoce que necesita una licencia municipal para poner en marcha su proyecto, pero confía en obtenerla. "Y si no nos la dan, trabajaremos igual; y cuando vengan a pedírnosla les diremos que la soliciten antes a las 300 chabolas levantadas desde hace dos años en Las Barranquillas", concluye el gerente.La Agencia Antidroga, integrada por instituciones y organizaciones no gubernamentales, aprobó el lunes por unanimidad la apertura de estos recintos con la ausencia de los representantes municipales. El alcalde atribuye a un "error" la falta de los representantes del Ayuntamiento. Las ediles de Servicios Sociales, Beatriz Elorriaga, y de Seguridad, María Tardón, manifestaron en un primer momento "que no habían sido invitadas", extremo éste negado por la Agencia.

El consistorio madrileño lleva más de tres meses estudiando el plan regional de abrir estas unidades de venopunción después de haber manifestado "más que reticencias", según Cabrera, hacia el proyecto.

El plan de la Comunidad contempla la apertura de una narcosala en Las Barranquillas durante el primer trimestre del 2000. En ella se facilitarán a los toxicómanos jeringuillas nuevas, agua destilada, papel de plata y toallitas desinfectantes.

El equipo de atención de este local, que abrirá todos los días durante 12 horas, estará formado por médicos, enfermeros y un trabajador social porque se pretende acercar a la red asistencial y sanitaria a los usuarios de la sala. Los sanitarios aconsejarán a los drogodependientes cómo inyectarse sin riesgos de sufrir hemorragias o abcesos. Habrá, asimismo, un vehículo disponible para traslados de emergencia.

En la narcosala, cuyo funcionamiento costará unos 70 millones de pesetas al año, los toxicómanos podrán acceder a análisis inmediatos y voluntarios de las sustancias que vayan a consumir. Con ellos se podrán conocer las principales drogas y adulterantes que hay en cada papelina, aunque no en qué porcentaje está presente cada uno de ellos, ya que eso precisaría de un estudio más detallado.

Con la puesta en marcha de la sala de inyección de Las Barranquillas, Madrid sería la primera comunidad autónoma en disponer de un servicio de este tipo dirigido a los heroinómanos sin hogar, con años de adicción y numerosos intentos fracasados de desintoxicación. Existen ya recintos similares en Suiza y Holanda. La Comunidad pretende habilitar también una narcosala móvil, pero aún no tiene fecha para hacerlo.

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