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FÚTBOL Segunda División

El goleador currante

Él se define como un "currante". Paco Salillas (Alagón, Zaragoza, 7-1-67), máximo goleador de Segunda División con 11 goles, es un tipo sencillo y campechano, dicen los que le conocen; un gran aficionado a la caza y a la naturaleza, aunque sus pasiones son los caballos y el fútbol. "Lo que más ilusión me hace es poder rejonear algún día al lado de Pablo Hermoso de Mendoza, uno de los grandes, mucho más que ganar la Copa de Europa", decía recientemente Salillas, quien disfruta de un momento estupendo en el Levante, club al que llegó el pasado mes de diciembre procedente del Villarreal, donde caló hondo. "De Villarreal salí por la puerta grande", recuerda quien marcó 17 goles la campaña que supuso el ascenso del conjunto de La Plana a Primera. Sin embargo, las contrataciones de Craioveanu y Moisés le cerraron el paso en Primera y, Salillas, seducido por una jugosa oferta (90 millones de pesetas por tres temporadas y 200.000 pesetas por gol) hizo las maletas raudo.No se equivocó. El Levante le está sacando un extraordinario rendimiento a Salillas. Desde su fichaje, el pasado mes de diciembre, no ha parado de marcar goles: 10 la temporada pasada, 4 en la promoción de ascenso a Segunda, 11 en la actual campaña. "Está en su salsa", afirma un ex compañero suyo en el Villarreal, Javi Sanchis. Sus 169 centímetros de altura no suponen un lastre para Salillas, que tira de astucia y experiencia ante defensas mucho más corpulentos que él. "Si no fuera tan listo, no podría jugar", asegura Pepe Balaguer, actual técnico del Levante, encantado con la presencia del delantero maño en su equipo: "Nunca se esconde. Puede que durante 40 o 50 minutos no se le vea, pero él está trabajando para el equipo". Realmente, Salillas tiene una habilidad especial para aparecer cuando nadie se acuerda de él. Y sus apariciones suelen ser determinantes.

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Pero no sólo por sus goles Salillas es apreciado en el Levante. En el vestuario se ha convertido en uno de los líderes de una plantilla plagada de jugadores jóvenes. "Si tiene que echarle a uno una bronca, no se corta un pelo", dice un compañero suyo. "Es muy directo; tiene un carácter muy fuerte, explosivo", abunda Balaguer, quien define a Salillas como "un luchador nato".

Salillas, mientras, asegura que le va "de maravilla" en el Levante, club en el que prevé retirarse tras cumplir su contrato, que finaliza en junio del 2001.

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