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Reportaje:

El futuro incierto de Ángela Vilariño

Ángela Vilariño disfruta de las ventajas de su apellido para defenderse y destacar en un mundo preferentemente masculino. La hija de Andrés Vilariño, de 15 años, recorre los circuitos desde hace tres y su presencia significa algo más que una nota colorista: la única chica que compite a los mandos de un kart en el País Vasco es la actual campeona de Euskadi de su categoría y lleva camino de revalidar su título.En el área reservada a pilotos del circuito de Güeñes destaca la furgoneta de su equipo, un lujo si se la compara con los medios del resto de los equipos o de los competidores por cuenta propia. Ángela se pasea segura de sí misma, relajada, en un ambiente que aprecia y domina. Su mono luce diversos logotipos publicitarios justificados por los contratos de su padre, cuatro veces campeón de España y de Europa de montaña. Dispone de un mecánico que se afana sobre la máquina minutos antes del inicio de las pruebas y, mientras aguarda su turno para saltar a la pista y efectuar la vuelta cronometrada (decide el orden de salida), se distrae hablando por un móvil. Privilegios al margen, conduce rápido, muy rápido. Tanto que viaja para confrontar sus habilidades con las de los mejores pilotos españoles, en el campeonato nacional.

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Sin embargo, su diversión tiene fecha de caducidad. Por lo menos en cuanto a su gratuidad. Dentro de un año deberá planteaerse cómo dar un paso al frente, abandonar los karts y conocer otras formas de conducción. Ahí se tratará menos de conducir por conducir que de conducir para llegar a alguna parte. Su padre no sabe todavía hacia qué disciplina orientarla, quizá porque el ejemplo de Ander, su otro hijo piloto, le obliga a observar el futuro con prudencia. Ander se deshizo del kart con 16 años para saltar a la Fórmula Campus, de ahí a la Fórmula Renault y más tarde a la Fórmula 3.

Dinero, para empezar

En esta última categoría, el presupuesto anual rondaba los 50 millones de pesetas y debía haber encaminado al piloto hacia la Fórmula 1. Imposible. Demasiadas trabas, demasiados intereses periféricos al margen de la probada habilidad de Ander. "Tuvimos que abandonar el camino de la Fórmula 1 para tomar uno más real como el de los rallyes, donde existen campeonatos de promoción patrocinados por marcas de coches que pueden llegar a ofrecerte un volante oficial si destacas", dice Vilariño senior.

El campeón de Europa de montaña lamenta además las injerencias de la política en decisiones que, en principio, deberían quedar relacionadas únicamente con lo deportivo. A su entender, el caso de Marc Gené, el piloto catalán que se ha estrenado este año junto a Pedro de la Rosa en la Fórmula 1, resulta especialmente significativo: "Sin el interés de Telefónica, Gené nunca hubiera conseguido un volante. Curiosamente, aseguran que este piloto se encuentra en las listas del Partido Popular en Cataluña. Atando cabos, se explican muchas cosas".

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