Individualidades con jerarquía dentro de un equipo

José Antonio Camacho tuvo que sortear con una buena dosis de diplomacia las pequeñas reticencias mostradas por algún que otro club para ceder a tiempo a sus internacionales para preparar los dos amistosos ante Brasil y Argentina. Esto no supuso un gran inconveniente, pues los internacionales españoles, a excepción de Albert Ferrer, que lo hace en el Chelsea inglés, juegan en equipos españoles.Si Marcelo Bielsa, su colega argentino, hubiera encontrado impedimentos de este tipo, seguro que las complicaciones habrían sido mucho mayores. Y es que en un país en el que "todos o casi todos los jugadores son transferibles", según afirmó ayer el veterano técnico argentino Carlos Griguol, ahora en el Betis, la materia prima que compone la selección argentina anda desperdigada por Europa. El amplio muestrario de estrellas con el que cuenta Bielsa se gana la vida en las principales ligas europeas: siete jugadores en la española, cinco en la italiana, dos en la francesa y uno en la inglesa.

Así, de los 22 jugadores convocados por Bielsa, sólo el centrocampista Claudio Husain juega en Argentina, en el Vélez Sarsfield, además de los cinco juveniles (Grabrinski, Arca, Medina, Coloccini y D"Alessandro) que el preparador ha traído para que se rueden en esta minigira. El acento europeo lo ponen jugadores como Pochettino y Cavallero (Espanyol); Burgos (Mallorca); Claudio López y Kily González (Valencia)y Solari (Atlético) en cuanto a la Liga española. A estos hay que sumar a Ortega, Crespo, Simeone, Zanetti, Ayala y Sensini, en el calcio, y a Vivas y Berizzo, ambos en el Olímpico de Marsella. La juventud-con una media de 25 años- es, junto a su refrendada valía y espíritu agresivo y ganador, el rasgo preminente de esta selección.

Un equipo en el que se echan de menos a grandes figuras que conforman la columna vertebral del conjunto: Batitusta, Verón, Redondo, Samuel y Sorín. Los tres primeros están lesionados, mientras que Samuel y Sorín quedaron fuera de la convocatoria por decisión técnica. La revolución que prepara Bielsa ante España tras el varapalo ante el Espanyol, cambiando casi medio equipo, responde a la necesidad que tiene el preparador argentino de recuperar el crédito que le han restado las ácidas críticas recibidas tras el partido del domingo en Montjuïc (2-0). "¿A qué juega Bielsa?", se preguntaban los diarios argentinos tras la derrota ante el Espanyol: a conseguir que la "jerarquía de individualidades" acaben, antes o después, "englobándose dentro del sistema del equipo", explicó ayer un contrariado Bielsa ante las incesantes preguntas de la prensa argentina.