García Remón tiene prisa por subir

Mariano García Remón lleva muchos años intentando volver a la Primera División, categoría que conoció desde el banquillo del Real Madrid, casi de tapadillo, como segundo de Arsenio, y de forma más seria en el Sporting. Rozó el ascenso con el Albacete y lo llegó a tocar con los dedos en Las Palmas, pero siempre le ocurrió algo en el último momento. Este año se ha hecho cargo del Salamanca y parece tener prisa por despejar dudas. Ayer dio un paso de gigante, precisamente en El Insular y ante un rival directísimo, el Las Palmas. El 0-2, con goles de Munteanu y Zegarra, permite a la Unión abrir brecha. Ahora es líder, con cuatro puntos de ventaja sobre el segundo y seis sobre el cuarto, el puesto que marca la frontera entre la gloria del ascenso y la decepción de la continuidad en Segunda.La decimocuarta jornada traía otro partido con cierto aroma de Primera. Y a la hora de la verdad, el Sporting-Extremadura respondió a las expectativas. Hacía mucho tiempo que el público de El Molinón no asistía a un choque tan intenso, tan bien jugado por las dos partes y con tantas oportunidades de gol. El raquítico 1-0 es un espejismo. El Extremadura dejó el sello de Ortuondo, un armador de sólidos bloques con jugadores sin renombre. El Sporting aún no llega a ese nivel colectivo, pero se apoyó en un gran portero, Juanjo; un defensa que dará que hablar, Yago, y la calidad de Lediakhov, que por una vez fue más determinante en el remate que en el último pase.

El sorprendente Levante

En la parte alta de la tabla empiezan a estar los que se suponía, con la cada vez más sorprendente presencia del Levante. Pepe Balaguer ha construido un equipo apañado, con profusión de jugadores de la cantera y el toque de distinción de un viejo rockero del gol, Salillas, que ayer volvió a ser determinante para ganar en el Salto del Caballo (0-1). Cumplido un tercio de la Liga, al Levante le pasa un poco como al Rayo. Nadie le toma en cuenta para el balance final, pero a su favor tiene algo más que los números de la clasificación.Las sorpresas saltaron el sábado, con las derrotas de dos equipos que parecían lanzados en campos teóricamente asequibles. Extraña sobre todo el tropiezo del Tenerife en El Colombino, aunque viendo el estado del terreno de juego es fácil imaginar los problemas que tendrán los equipos que vayan allí a intentar jugar al fútbol. El césped de Las Gaunas también estaba embarrado, pero el 1-0 del Logroñés al Lleida quizá encuentre explicación en el estado de necesidad de los riojanos, que a sus problemas deportivos añaden la incertidumbre de una posible desaparición.

Y al fin reaccionó el Atlético B. En el día en que volvía al césped de Majadahonda Fernando Zambrano, el hombre que acabó la gran temporada del filial rojiblanco la temporada pasada, el Atlético recuperó el aroma de las goleadas. Con otra mentalidad, más agresivo y ganas de jugar el balón, los rojiblancos le aplicaron un severo correctivo al Elche (3-0, con goles de Cenci, Luque y Pepe Domingo), que decepcionó.

La conexión entre Luque y Cenci, un argentino que apunta excelentes maneras, resultó providencial para el Atlético. Fue la referencia del equipo. Del Elche apenas hubo noticias.