Conflicto de intereses

La posible concentración entre Iberdrola y Repsol, aunque haya fracasado en su primer intento de asomar la cabeza en serio, tiene pinta de que puede tomar cuerpo sin que pase mucho tiempo. No sólo lo ven con buenos -e interesados- ojos sus consejos de administración, si no que entra en la lógica. Se crearía un importante grupo energético en torno al BBVA, uno de los dos grandes bancos españoles y principal accionista de las dos entidades. El interrogante radica en lo que harían La Caixa, que tiene la misma participación que el BBVA, y Endesa, que posee un 3,5%. En el primer caso, le podría interesar apostar fuerte por en la faceta gasista, que siempre ha tenido un gran componente catalán.

En el de Endesa, que cuenta con un acuerdo de suministro con Gas Natural, puede ser otro cantar. El principal grupo eléctrico español está más inclinado, a pesar de esa presencia en Repsol, hacia el otro gran banco, el BSCH, que tiene el 4% de su capital y con el que comparte otras inquietudes empresariales (como las telecomunicaciones). Es posible que el nuevo movimiento aclare un poco más el mapa de alianzas, que en la actualidad es un auténtico entramado (Argentaria, por ejemplo, tiene el 3% de Endesa que posiblemente abandone tras la fusión con el BBV). Y que, incluso, se produzcan nuevos episodios de integración con la eléctrica Unión Eléctrica Fenosa, participada por el BSCH, como protagonista. Ayer, esta empresa subió en Bolsa más del 5%.