Ciclón rico, ciclón pobre
El 1 de noviembre vi el telediario de la 1.30. Una tras otra pasaron por la pantalla las noticias más importantes del día: un discurso de Aznar, los problemas de un futbolista o de las nuevas tarifas de Telefónica. Yo no pude dormir en toda la noche pensando si el entrenador del Real Madrid sería cesado y cuál sería su sucesor. Después de la previsión meteorológica, y cuando me disponía a acostarme, casi a traición, apareció la noticia de que en la India un ciclón sin nombre había causado la muerte de miles de personas y afectado a varios millones. Al día siguiente compré EL PAÍS y me dispuse a informarme sobre dicho fenómeno. Hasta la última página de Internacional no había ni una sola palabra al respecto. En esa página, en un rincón que quedaba libre de un anuncio de un banco, se nos informa de todo lo ocurrido. ¿Se imaginan ustedes el tratamiento que habría merecido una catástrofe en los Estados Unidos con una docena de muertos? Claro, hay que entenderlo, en el imperio hasta los ciclones tienen pedigrí.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.