Los récords de Woods

Si hubiera ganado Jiménez el torneo mundial de Valderrama, se habrían alegrado él, su gente, y en España nos habríamos puesto a decir que qué grandes somos y que a los tres mosqueteros (Olazábal, El Niño y Jiménez) no hay quien los pare. Poco más. Último torneo del año y tiempo de recuento y registros. Colin Montgomerie gana su séptima Orden del Mérito Europea consecutiva (récord de récords para el escocés, 1.822.739 euros) y Sergio García, debutante del año, termina tercero, y eso que comenzó a contabilizar casi en mayo; Jiménez acaba cuarto, como el año pasado, y Olazábal, 32º, pero eso es porque no se han dado cuenta y no le han sumado los dólares que ganó en Augusta.Pero Jiménez se equivocó un par de veces en el 18º y ganó el Tigre. Del millón de dólares (160 millones de pesetas) que se habría embolsado, el malagueño bajó a 400.000 (unos 64 millones de pesetas). La cosa cambia, muchísimo. Los norteamericanos, que lo tienen todo preparado al momento, enseguida pasaron la nota, que empieza así: "Con su victoria en Valderrama, Tiger Woods, de 23 años, consigue..." Más o menos, lo siguiente: su noveno triunfo del año es el octavo en el circuito de la PGA Americana, con lo que iguala la marca establecida por Johnny Miller en 1974 y se convierte en el séptimo de la historia en conseguirlo. También el American Express es su cuarta victoria consecutiva, una gesta que no se repetía desde que Ben Hogan la consiguiera hace 46 años. Ha ganado 15 de los 70 torneos de la PGA que ha disputado en tres años de profesionalismo, y ocho de los 11 últimos en los que ha participado.

Más récords. Económicos. Con el cheque del millón de dólares, el Tigre llega este año a unas ganancias totales de 6,6 millones de dólares (unos 1.050 millones de pesetas, el primer golfista que pasa la barrera de los 1.000 en una temporada), que hacen un global de 11,3 millones de dólares en sus tres años de profesional. Y los de American Express, mucho más contentos. Su torneo coge mucho más relumbrón con la victoria del número uno del mundo, que, coincidencia de coincidencia, también luce el patrocinio personal de la empresa de las tarjetas de crédito.