El Guipuzcoano celebra 100 años y apuesta por la independencia
El presidente del Banco Guipuzcoano, José María Aguirre, aseguró ayer que esta entidad "seguirá apostando por la independencia" y mantendrá el "carácter regional" como una de sus señas de identidad. Esta estrategia empresarial, desacorde con la actual tendencia a la fusión y a la concentración en el mercado bancario, es firme pese al interés de "algunos bancos extranjeros" por absorber al Guipuzcoano, reconoció su presidente durante la presentación del libro La historia de un banco regional, que detalla la trayectoria centenaria de esta entidad financiera.José María Aguirre afirmó que la implantación geográfica del Banco Guipuzcoano en todo el territorio español es "muy atractiva" para los bancos foráneos, aunque también matizó que "las ofertas recibidas pertenecen más al pasado que al presente porque [los pretendendientes] se han convencido de que queremos seguir siendo independientes". Respecto a la reciente fusión del BBV y Argentaria en uno solo, Aguirre la enjuició como "positivo para competir en el ámbito europeo, si bien a nosostros nos afecta muy poco".
El Guipuzcoano posee en la actualidad 192 oficinas, una plantilla de 1.350 empleados, 15.000 accionistas, unos recursos propios de 36.000 millones de pesetas y unos recursos administrados de clientes de medio billón de pesetas. José María Aguirre puso el énfasis en que es "el banco vasco por excelencia", puesto que el 87% de las acciones están en posesión de ciudadanos vascos, el 62% de los trabajadores viven en el País Vasco y el 50% de las oficinas están radicadas en territorio vasco.
100 años de historia
La catedrática de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad del País Vasco y miembro de la Real Academia de la Historia, Montserrat Gárate Ojanguren, presentó ayer en San Sebastián el libro que recoje los 100 años de la historia del Banco Guipuzcoano, fundado el 9 de octubre de 1899 con un capital social de cinco millones de pesetas, suscrito en su mayor parte por un grupo de financieros bilbaínos.
La autora repasa los inicios del banco, su expansión durante los años 20, la gran depresión sufrida en la siguiente década, el statu quo bancario que imperó con Franco entre 1940 y 1962, su tranformación y modernización paulatina hasta finales de los años 80, el intento de OPA a cargo de Banesto en 1992 y su posición actual como una entidad de rango mediano.
Aguirre destacó que el Guipuzcoano aboga por la cooperación entre los bancos de tamaño intermedio, de ahí que en 1993 se incorporó en el Grupo Europeo de Bancos, en el que participan 11 bancos medianos europeos y uno norteamericano. La característica principal de éstos, subrayó, es "promover el desarrollo económico y social con independencia y desde la perspectiva regional".
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