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Tribuna
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La diferencia es lo intangible

Ramon Besa

A efectos de la clasificación, Toshack parece enfrentarse hoy a una situación parecida a la que vivió Van Gaal el diciembre pasado. El Madrid está a 10 puntos de un líder de paja, el Rayo, de la misma manera que el Barça se encontraba por entonces a nueve del Mallorca. Numéricamente la diferencia radica en que la distancia entre los dos grandes es ahora de ocho puntos a favor de los azulgrana por tres de los madridistas en la temporada anterior.Núñez, al igual que ahora Sanz, le concedió una jornada de gracia al entrenador, aprovechando que el siguiente partido se jugaba en campo contrario y que posteriormente la Liga se interrumpía por los compromisos de la selección, tiempo suficiente para poder maniobrar y asegurarse un nuevo técnico. El Barça ganó en Valladolid y después conquistó la Liga a la pata coja.

En la decisión del presidente del Barça, sin embargo, intervinieron dos factores diferentes a los que maneja el del Madrid: desde la llegada de Van Gaal, el equipo azulgrana nunca ha sentido la presión madridista, ni en puntos ni en juego, y, sobre todo Núñez se aseguró que la plantilla se hiciera corresponsable de la decisión de no cambiar de entrenador.

Más de un jugador le habría dado una patada en el culo a Van Gaal, por engreído, pero nadie como el técnico holandés garantizaba la fidelidad a una idea del juego. El Barça había montado un equipo de acuerdo a una manera de entender el fútbol, por encima de personalismos, y a los jugadores les asustaba el nombre de los candidatos al banquillo.

A Van Gaal no le salvó su libreta, sino lo que representaba, mientras que Toshack no se representa más que a sí mismo. Más que por un plan de juego, al galés se le contrató para que controlara todos los factores ajenos al juego.

Desde hace un tiempo, del Madrid llega la sensación de que está peleado con los entrenadores, y de que Toshack ha dado las mismas vueltas que Hiddink o Heynckes. En otras épocas, cuando llegaba esta situación, Molowny se ponía el chándal y asunto arreglado. Nadie como los secretarios técnicos para practicar la autogestión en las buenas plantillas, pero las funciones de entrenadores de club las han asumido los presidentes, que buscan en los nuevos técnicos a personas que carguen con todo lo que se les da, que es mucho, pero de lo que no siempre responden. Al Madrid, la mayoría de entrenadores que han podido elegir -Scala y Camacho- le han dicho que no, y ha acabado por fichar a los que sólo podían decir que sí, como Toshack.

La despersonalización futbolística del club no la han solucionado tampoco los jugadores, y en eso los del Madrid son también diferentes a los del Barça. La crisis azulgrana se acabó cuando Guardiola, Figo y Rivaldo se convencieron de que los importantes eran ellos y el fútbol que defendían, aunque a cambio tuvieran que asumir que Van Gaal vaya por ahí hablando de filosofía. La diferencia entre Barça Madrid está en lo intangible, y eso no se arregla en un día ni con un simple cambio de entrenador.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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